«El personaje no transiciona; ella sabe quién es y quién no es»

Estibaliz Urresola (Llodio, 1984) estrenó ayer una de las películas más esperadas del Festival de Málaga, 20.000 especies de abejas. Muy aplaudida en la Berlinale, la película es consciente de ser respuesta a una situación de carencia social, lo que explica la falta de reparos con la que Estíbaliz Urresola combina la riqueza simbólica con diálogos y situaciones instaladas en la pedagogía y el didactismo.

En su película, Aitor pasa a ser Lucía. ¿Dudó sobre si escoger a un niño o a una niña para el personaje?

Desde el principio supe que debía ser una niña. Para mí, el personaje no lleva a cabo ninguna transición. Ella sabe quién es y quién no es; lo que transita es su capacidad lingüística para expresar lo que le pasa. Con 8 años no sabes lo que pasa ahí afuera, no tienes las herramientas, te resulta imposible identificar algo que no sabes que existe. Aunque la película habla también de otra transición, la de su familia.

La cinta plantea las situaciones, los prejuicios y la incomprensión que un caso como el de Lucía genera de una forma frontal y explicativa, sin sutilezas. ¿Con qué fin?

Durante mi investigación, junto a familias involucradas, me di cuenta de que las preguntas que estos menores hacen a sus padres son demoledoras; pueden parecer ingenuas, pero apuntan a lo más básico del orden social a partir del que nos estructuramos, que vemos como algo natural en lugar de la construcción artificial que en realidad es y que no cuestionamos. Con esas preguntas quedan en evidencia límites que sufren y que para nosotros son invisibles. La película trata de hacer lo mismo que las preguntas. Y no aspira a dar más que una respuesta.

¿Cuál?

Que todos, incluso las personas de 8 años, tienen derecho a vivir y ser considerados según su identidad y a cuestionar una categorización que les viene impuesta de nacimiento; es una obviedad que aún necesita ser explicada. Eso es lo que esta película intenta, proyectar un futuro de más tolerancia y comprensión, y más diversidad del factor humano.

Retrata es una pequeña comunidad de mujeres de tres generaciones distintas; los hombres están ausentes o en segundo plano. ¿Planteó el filme como una reflexión sobre la feminidad?

Puesto que Lucía lleva a cabo una reivindicación de quién es y al expresarse como mujer utiliza códigos preestablecidos respecto a lo femenino, también me interesa proponer una reflexión sobre qué es ser mujer. Es ser muchas cosas, pero todos los personajes femeninos tienen algo en común: han sido víctimas del pudor y la vergüenza a los que la subjetividad femenina se ve sometida en el sistema patriarcal. Han visto reducidas su experiencia individual y sus posibilidades de expresar sus deseos y actuar en pos de ellos.

20.000 especies de abejas se estrena días después de la aprobación de la ley trans. ¿Qué opina del proceso de transformación social?

A mí me interesa que su proceso de elaboración haya obligado a muchos colectivos a reunirse, a debatir y a poner terminología sobre la mesa. Por sí solo, ese proceso de reflexión sobre un colectivo que no tiene sus derechos fundamentales garantizados en esta sociedad democrática, indica que estamos haciendo camino. Seguiremos avanzando.

¿Qué opina de la oposición por parte de un sector del feminismo?

Igual que no existe un solo tipo de mujer, no existe un solo tipo de feminismo. Ahora bien, los feminismos implican una reivindicación de la otredad, como contraposición a la normatividad construida alrededor del hombre. El feminismo no puede ignorar a otredades que tampoco tienen garantizados los derechos que las mujeres hemos reivindicado. Reconocer dentro del feminismo a otros sujetos políticos como las y los trans no va a interferir en la lucha por los derechos de las mujeres.