Documental

Del triunfo a la ruina: la historia del Tivoli World llega al Festival de Málaga

 Lucía Muñoz y Sergio Rodrigo plasman la historia del icónico parque de atracciones en un documental, donde se repasan desde los años dorados hasta su ocaso. Un trabajo que surge para recordar a "un mito y al folklore que ha pasado por Tívoli". Todo ello narrado por sus trabajadores

Juan Carmona, trabajador del Tívoli

Juan Carmona, trabajador del Tívoli / La Opinión

Chaima Laghrissi

Chaima Laghrissi

En 1972 se inauguró el primer parque de atracciones y espectáculos de la Costa del Sol: Tívoli World. Como si de un artista se tratase, se convirtió en un icono de un referente de ocio y disfrute; un reconocimiento que atrajo hasta él tanto a los malagueños como otros visitantes de municipios andaluces. 

Una cita veraniega para millones de personas que cada año acudían a la costa para disfrutar de las actuaciones de artistas internacionales como James Russo, Raffaella Carrá, Raphael, Miguel Ríos, Isabel Pantoja.

Así, Tívoli World no solo era un parque de atracciones, sino que se convirtió en todo un emblema para la industria del ocio en Andalucía.  Y como los grandes, sufrió un declive que acabó en su ocaso y más tarde en su abandono y quiebra total. 

Tras 50 años de diversión, el parque cierra en 2020 tras un largo y tedioso proceso judicial, con deudas a la Seguridad Social y a la Agencia Tributaria de más de 8 millones de euros

Ahora, de la mano de Lucía Muñoz y Sergio Rodrigo la historia del icónico parque vuelve a la pantalla y aterriza en el Festival de Málaga. Un trabajo que surge para recordar a "un mito y al folklore que ha pasado por Tivoli": "Era el Starlite de los 80. Por ello, decidimos contar los 50 años de la historia de Tívoli", afirma Lucía. 

Lucía Muñóz

Lucía Muñoz. / Gregorio Marrero

Y lo hace en forma de documental, narrado por los trabajadores del parque. Uno de ellos es Juan Carmona. 

Carmona es uno de los trabajadores más veteranos del parque y ha sido testigo de sus mejores y peores años: "Yo empecé a trabajar en verano del 88, con 18 años. Lo dejé cuando me llamaron para hacer la mili y volví de nuevo en el verano del 90. Y desde ahí llevo más 30 años", cuenta. 

Creado en 1972 por la familia Olsen, Tívoli cuenta con 65.000 metros cuadrados de terreno para atracciones

Para Juan la decadencia comenzó en 2005, cuando "Rafael Gómez Sánchez cambia el modelo de negocio, a través de la liquidación de todos los contratos que había, absorbió todos los empleados de los locales y empezó a cerrar locales". Y solo fue el comienzo del fin, ya que dos años más tarde estalló el Caso Malaya y fue ahí "cuando comenzó toda esta vorágine legal".

Las deudas hicieron que en 2020, el parque cerrará dejando en un limbo legal a los empleados: "No cobran, pero aún figuran en la Seguridad Social como trabajadores del parque. Hay incluso trabajadores que se tienen que jubilar y nadie les jubila", explica Muñoz. 

En su investigación, Lucía descubrió algo que hasta ahora se desconocía: "Se trata de un incendio. Los primeros dueños del parque Tívoli eran daneses, y uno de los dueños tenía una naviera y uno de los barcos se incendió. Ahí está como un punto de inflexión del parque, porque el dueño tuvo que afrontar numerosas deudas económicas y el parque ahí se resiente", asegura. 

La esperanza de volver algún día

"Estoy ejerciendo de jefe de sonido de espectáculos en el parque, también llevó las redes de telefonía y todas las comunicaciones". Carmona, al igual que otros de sus compañeros, hablan en presente, porque ellos siguen considerándose parte de la plantilla de Tivoli World. 

Para Carmona, el parque no solo representa su empleo, sino también parte de su vida. Por ello, tanto él como otros de sus compañeros siguen yendo a cuidar del parque, de las instalaciones y de los animales que aún continúan ahí: "Hemos establecido sistemas de seguridad, vamos a dar de comer a los animales y cuidamos el parque para que nadie entre", apunta Carmona. 

Ante la pregunta de si esperan que algún día el parque vuelva a abrir, Juan lo tiene claro: “Lo único que podemos hacer es continuar en la pelea y en la lucha. Sigo pensando que sí se va a abrir”.

Por otro lado, Lucía espera que el documental remueva "la nostalgia y la alegría de todos lo que iban": “Esperamos haber respondido también a esas expectativas. De lo que no se habla no existe, se vuelve invisible. Queremos que este documental sirva también para eso, para que se siga hablando de Tívoli y no se quede en la desmemoria”, recalca.