El cine es alegría y vida, a pesar de todo

Fue una noche muy especial la de la entrega de Biznagas del Festival de Málaga, una velada protagonizada por alguien que, desgraciadamente, ya no está entre nosotros. Luna, la hija del director Isaki Lacuesta y la guionista Isa Campo, falleció víctima de la leucemia hace sólo unos meses pero el equipo de Segundo premio, la película de sus padres, quiso recordarla y compartir con ella la Biznaga de Oro a la Mejor Película Española. Al fin y al cabo, como dijo el propio realizador al recoger el Premio a la Mejor Dirección (junto a Pol Rodríguez), «quiero agradecer también este galardón a Luna, por codirigir esta película en mi regazo». Y en el que ha sido quizás el momento más emocionante en la historia de las galas de clausura del certamen malagueño, con actores, productores y miembros del equipo técnico del filme que no va sobre Los Planetas grabando Una semana en el motor del autobús subidos al escenario, Lacuesta se colgó una guitarra acústica y se lanzó a por Línea 1, de Jota y los suyos. «Esta la cantábamos con Luna», confesó después Isaki. El Cervantes enmudeció.

Sin lágrimas, con sonrisas y emoción, una pequeña fiesta con música, para celebrar la música y la vida. Al fin y al cabo, ése era el lema de esta edición del Festival de Málaga: «La cultura es alegría». A pesar de todo. Esa escena, pequeña fiesta familiar que Lacuesta y sus amigos compartieron generosamente con el respetable que llenaba el Teatro Cervantes, coronó la velada, conducida por la presentadora de televisión Elena Sánchez y el actor Julián López, con la que el Festival de Málaga le daba sus Biznagas a sus legítimos propietarios de este año y que ofreció otros momentos emocionantes. Como, por ejemplo, el protagonizado por Joana Martínez Ortueta, coescritora de La casa, al recoger junto a Álex Montoya el Premio al Mejor Guión. Recordó que llegó al proyecto al encontrarse Montoya «atascado» en la adaptación de la novela gráfica de Paco Roca y como se postuló para el proyecto: «Me han dicho que estás atascado con el guión, soy fan de Paco Roca, soy una guionista que tiene una casica, un huerto, que ha perdido hace poco a su padre... [La casa parte de la muerte de un padre y cómo los hijos deciden qué hacer con la residencia familiar de los veranos] Creo que soy tu guionista». Y añadió: «Cuando escribía el guión le detectaron a mi madre un cáncer. Hoy, con la película ya hecha, estrenada y con el premio, puedo decir que mi madre, cuatro años después, sigue viva y que está ahora mismo dando saltos de alegría».

Argentina

La emoción pero de otro carácter, reivindicativo, también estuvo presente en el contundente discurso de agradecimiento del actor argentino Joaquín Furriel, quien compartió con Luis Zahera (Pájaros), la Biznaga al Mejor Intérprete Masculino Protagonista por Descansar en paz: «En mi familia ocurrieron tragedias como la de esta película [un hombre de familia, acorralado por las deudas, decide aprovechar una circunstancia única e imprevisible para desaparecer]. En Argentina venimos de varias crisis muy difíciles, nos está costando mucho encontrar la salida. Ahora mismo, la cultura está siendo atacada permanenentemente con noticias falsas, como que el INCAA [el Instituto de Cinematografía del país] le saca el dinero a los argentinos que más lo necesitan. Y yo quiero decir que la cultura existe para plasmar nuestra identidad y que sin cultura no hay identidad. Así que este premio va para mi querido país», sentenció.

También reivindicativa, en otro sentido, respecto al género, estuvo la directora sevillana Celia Rico al agradecer su Premio Especial del Jurado por Los pequeños amores: «Como ayer [por anteayer] fue el 8M y ésta es una película de mujeres y de cuidados, quiero dedicar este premio a todas las mujeres que históricamente nos han cuidado, a las que nos siguen cuidando, a las que son cuidadas y a las que luchan para que los cuidados no caigan siempre sobre las mujeres».

También sincera y sin filtros estuvo la realizadora Andrea Jaurrieta, quien no se acababa de creer que estaba allí, en el escenario del Teatro Cervantes, para recoger el Premio Especial del Jurado de la Crítica por Nina: «¡Qué fuerte que estoy aquí!», concluyó tras haber recordado cómo el cine siempre ha sido su «lugar de evasión desde que era pequeña» y robaba «revistas viejas de la biblioteca» para empapelar su cuarto. Y terminó sus palabras con una advertencia: «A las directoras nos quieren modositas pero vamos a demostrar que podemos hacer todo tipo de cine» [recordemos que Nina es un western muy contundente sobre una mujer obsesionada con vengarse de su agresor sexual].

Rojo pasión para abrirse paso ante la lluvia

Hubo muchas ovaciones pero una de las más especiales fue al propio público: sí, miembros del respetable subieron a las tablas del Cervantes para entregar la Biznaga a la película más votada por el público en las sesiones del Festival, La casa. Y esos espectadores, al presentar el galardón, dejaron muy claro algo: «Seguimos aquí después de la aparición de la televisión, seguimos aquí después de la pandemia, seguimos aquí después de las plataformas». Declaración de amor al cine en el cine.

La gala de clausura, que estuvo salpimentada por las actuaciones de St. Pedro, Vetusta Morla y Kiki Morente, terminó con Alejandro Pelayo, al piano, Elena Sánchez y Julián López brindando por el cine español, que tiene precisamente esta madrugada una cita que bien podría ser histórica, la de los Óscar: Pablo Berger es candidato a la estatuilla al Mejor Largometraje de Animación por Robot Dreams y J.A. Bayona compite en la categoría de Mejor Cinta en Lengua No Inglesa por La sociedad de la nieve. Toda la suerte del mundo a ambos.

El Festival de Málaga cumple los pronósticos y galardona a Isaki Lacuesta