Daniel Fernández empezó a tatuar hace tres años, tras cambiar los pinceles por la máquina de tinta. Su especialidad: los tatuajes cofrades. Desde las diez de la mañana, hora a la que abre su estudio, El Museo Tattoo, Daniel trabaja en el diseño, detalles y zona del cuerpo donde va a ir el tatuaje junto con el cliente, lo que ocupa entre una y dos horas. Una vez finalizada la tarea sobre el mediodía, comienza a tatuar hasta las nueve o diez de la noche como mínimo.
Daniel Fernández empezó a tatuar hace tres años, tras cambiar los pinceles por la máquina de tinta. Su especialidad: los tatuajes cofrades.
L. O.
Daniel Fernández empezó a tatuar hace tres años, tras cambiar los pinceles por la máquina de tinta. Su especialidad: los tatuajes cofrades. Desde las diez de la mañana, hora a la que abre su estudio, El Museo Tattoo, Daniel trabaja en el diseño, detalles y zona del cuerpo donde va a ir el tatuaje junto con el cliente, lo que ocupa entre una y dos horas. Una vez finalizada la tarea sobre el mediodía, comienza a tatuar hasta las nueve o diez de la noche como mínimo.
Daniel Fernández empezó a tatuar hace tres años, tras cambiar los pinceles por la máquina de tinta. Su especialidad: los tatuajes cofrades.
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Daniel Fernández empezó a tatuar hace tres años, tras cambiar los pinceles por la máquina de tinta. Su especialidad: los tatuajes cofrades.
L. O.
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Daniel Fernández empezó a tatuar hace tres años, tras cambiar los pinceles por la máquina de tinta. Su especialidad: los tatuajes cofrades.
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L. O.
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Daniel Fernández empezó a tatuar hace tres años, tras cambiar los pinceles por la máquina de tinta. Su especialidad: los tatuajes cofrades.
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