El mercado de Salamanca, ubicado en el corazón del barrio del Molinillo, es una referencia de la zona y el norte al que miran vecinos y comerciantes continuamente, aunque asociaciones de ambos colectivos han pedido ya en innumerables ocasiones una reforma integral de una construcción inaugurada en 1925, tras la remodelación del 92 y la parcial de 2005. En 2013, el Ayuntamiento invirtió 21.538 euros en mejorar la red de saneamiento y entre 2005 y 2010 ha gastado 65.291 euros en actuaciones de reposición. De cualquier forma, el rosario de quejas de los profesionales que ocupan algunos de los 45 puestos del mercado es enorme: además de la reforma total, que debería incluir la sustitución completa del techo de uralita y el cerramiento del edificio, reclaman más seguridad, limpieza e higiene y aparcamientos vinculados a la compra en algunos de los negocios. Ni siquiera reclaman un parking subterráneo, como se ha hecho en otros mercados como el del Palo, sino la instalación de dos barreras y que se acote el perímetro para los vehículos. Muchos de los clientes, que aparcan en doble fila para hacer una compra rápida, son multados por la Policía Local, cuyos agentes, según algunos clientes y comerciantes, nunca pasan por el mercado a no ser que vayan a sancionar a los conductores. Sonia Ruiz es la joven presidenta de la Asociación de Comerciantes del Mercado Municipal de Salamanca y es clara en sus reivindicaciones: «Quiero reunirme con don Francisco de la Torre, que hablemos, y veamos los beneficios para él y los beneficios para nosotros. Hay que pagar impuestos si tienes instalaciones buenas», precisa. «No pedimos mucho. No hay que hacer un parking subterráneo, con una barrera a la entrada y otra a la salida, y con descuentos para el cliente que aparca aquí, es suficiente». De cualquier forma, para esa futura reforma los comerciantes temen que no se cierre el edificio dada su catalogación histórica y la especial cautela que hay que tener con estas actuaciones.