­La Policía alertó ayer de un nuevo repunte de llamadas de teléfono en las que se comunican falsos «secuestros virtuales», una modalidad de estafa en la que se hace creer a la víctima que un familiar cercano ha sido secuestrado y que será torturado si no paga de forma inmediata un rescate.

Esta nueva oleada de llamadas sigue el mismo patrón que las detectadas hace un año, cuando se localizó a los miembros de esta trama en Santiago de Chile, en una operación realizada en colaboración con las autoridades chilenas. Desde hace unas semanas, se han registrado un incremento de denuncias, principalmente en Marbella y Málaga.

El modus operandi sigue las mismas pautas, y los supuestos secuestradores llaman desde teléfonos ocultos o desconocidos e intentan desde el primer momento intimidar a la víctima para que, ante su situación de nerviosismo, les facilite más información sobre el supuesto familiar secuestrado y hacer más creíble la situación.

La llamada bajo amenazas se prolonga durante bastante tiempo con dos objetivos, evitar que la víctima pueda corroborar la veracidad de la información y por otro lado conseguir que realice un pago rápido. Para ello, el estafador va dando instrucciones a la víctima para que transfiera el dinero o lo haga llegar a través de empresas de envío de dinero. Efectúan llamadas indiscriminadas, preferiblemente a teléfonos fijos, de potenciales víctimas españolas.

Los investigadores apuntan a que, cuando una llamada les produce resultados positivos, los delincuentes continúan telefoneando a los números sucesivos, lo que explica que numerosas víctimas se concentren en los mismos barrios.