­Si usted traslada la fantasía infantil de un niño entre 3 y 12 años a un pabellón, probablemente el resultado se acerque mucho a lo que ha dibujado el Ayuntamiento en la decimotercera edición de su Muestra Infantil de Málaga (MIMA). Abrió este lunes por la mañana sus puertas en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga y la despreocupación y la inocencia infantil, que escribe los sueños a su manera, hizo entrada. Porque en el fondo el Palacio de Congresos no será otra cosa, al menos hasta el próximo 4 de enero, que una representación fehaciente de los mismos en escala. El tiempo se mueve y lo que se juega ahora ya no es lo que se jugaba, aunque en el fondo el resultado continúe siendo el mismo. Un campo de fútbol, un parquet de baloncesto, tiro con arco, zona de karting, scalextric, una pista de mini golf y de fondo la Ranita Saltadora en cliché de lanzadora espacial.

Después del primer desgaste, un trozo de pizza o un crepes de Nutella para recuperar fuerzas. Golpear acto seguido la videoconsola en el área de consolas para acabar, luego, en alguno de los talleres lúdicos que ejercen como refuerzo didáctico en lo que se atisba como una especie de contraprograma. La lista de actividades que se han programado es tan amplia como apabullante.

En su cita anual, la muestra cumple de sobra con su cometido, ofreciendo un conglomerado de diversiones para los más pequeños, pero sin perder su vocación de ser un espacio de encuentro para las familias de la provincia, y para todo aquel al que le cueste dejar atrás el espíritu juvenil. No es que la ludoteca esté hecha para mayores, todo lo contrario, pero ofrece la oportunidad de disfrutar de los pequeños lejos de esa vorágine de deberes y actividades extraescolares que apenas dejan un momento a la imaginación.

Por ello no es de extrañar que la afluencia, desde primera hora, resultara masiva. Con los niños fabulando a la entrada y algunos padres intentando poner algo de orden ante la autenticidad infantil de querer hacerlo todo y a la vez. ¿Acaso elevarse a 8 metros de altura con la única fijación de unas cuerdas elásticas de poliamida no equivale a volar para la chavalería de los cuatro o cinco años?

Cuesta plegar velas ante la sonrisa sincera y la mirada celeste de un niño. Precisamente por ello no es de extrañar que el presidente de la Fundación Unicaja, patrocinador de la muestra, subrayara en la inauguración de la muestra el compromiso ininterrumpido por parte de la caja. Van trece años ya, y trece ediciones con lealtad en el patrocinio. Sergio Corral reivindicó así la apuesta de la fundación por «un espacio de ocio y educación» y explicó que «tenemos un espacio de 600 metros cuadrados que se convierte en un sitio fantástico para todos los malagueños».

Observar a los ídolos

Tradicionalmente marcado como plato fuerte del MIMA, Corral adelantó que la visita de la plantilla del Unicaja Baloncesto tendrá lugar el próximo 2 de enero. Una oportunidad para que los más pequeños puedan entrar en contacto directo con sus ídolos cajistas. Además de poder retar a los profesionales sobre el propio parquet que ha montado el banco en su stand, éstos también firmarán autógrafos por si hay algún padre incondicional que estuviera interesado.

En sustitución del alcalde, Francisco de la Torre, la parte institucional corrió ayer de parte de la concejala de Reactivación Económica, Promoción Empresarial y Fomento de Empleo, María del Mar Martín Rojo. «Se trata de un punto de encuentro para niños y padres, y de un espacio para compartir con toda la familia», reseñó. Además, prometió que volvería a visitar el pabellón, aunque la próxima vez en compañía de sus propios hijos. La muestra estará instalada en el Palacio de Congresos hasta el próximo 4 de enero y abre de 11.00 a 21.00 horas. Quién pudiera volver a ser niño por un día.