Nada. Cero. Menos diez. Ni un elogio. Mucho menos una sonrisa cariñosa. Le faltó únicamente presentarse delante de los periodistas y preguntar que quién era ese, el que había afirmado contar con su aval para sucederle en el cargo. Por lo demás, la reacción de Francisco de la Torre a las palabras de Elías Bendodo fue tan pronta y tosca como se esperaba. Después de mí, el diluvio. Si el presidente de la Diputación, máximo aspirante a recoger el legado del alcalde, había pensado en un gesto que le iluminara el camino, De la Torre demostró que no está dispuesto a encender esa antorcha. «No soy quién para designar quién debe ser alcalde en un futuro dentro del tiempo que sea», dijo en alusión a las declaraciones que realizó Bendodo este lunes en la Cadena Ser. Entonces, se mostró convencido de contar con el «aval» del regidor, en el más que previsible caso de que dé el salto a la carrera por la alcaldía a partir de 2018. La reacción de De la Torre no fue la que se espera de un padre con su hijo. Como si en lugar de haber sido nombrado por el presidente de su propio partido, fuera un desconocido quien hubiera pedido cierto amparo. Dijo Bendodo que ve muy difícil que el futuro candidato pueda caminar sin el apoyo activo del actual alcalde. Dejando de lado cualquier cercanía emocional que pudiera haber en quien considera a De la Torre como su «padre político», esta afirmación supone, al menos, una gran alabanza a su gestión. O Bendodo sobrevalora el cariño que le tiene su supuesto mentor, o De la Torre se ha convertido en un frío tecnócrata con disposición a seguir actuando como héroe contra los demonios. «De cara al futuro es que no me corresponde a mí hablar en estos términos, ni en ningún término. No soy quien para marcar el camino en esta materia», añadió. El hecho de que en anteriores ocasiones haya sugerido que su sucesor debería ser alguien dispuesto a proseguir en su línea de trabajo, le delata. Hasta el punto de que uno puede intuir que el problema no es avalar a un candidato del PP, sino avalar a quien se llama Elías Bendodo. A veces se olvida, pero la alcaldía de Málaga y el debate de la sucesión en la que navega el PP es el asunto número uno para el partido. Tan importante es Málaga, más después de haber perdido el resto de grandes capitales, como para que De la Torre pueda justificar una marcha anticipada que le permita al candidato popular coger algo de rodaje y pensar un poco en su partido.Me quedo hasta 2019

Este planteamiento no va, sin embargo, con el alcalde. Si en anteriores ocasiones había dejado -siempre de forma extremadamente tímida- abierta la posibilidad de una jubilación adelantada, volvió a su versión más inamovible. Hasta el punto de afirmar que lo único que le pudiera impedir el apurar su mandato no sería otra cosa que un problema con la salud. Algo, y eso hay que celebrarlo, improbable para quien todavía sube las escaleras de dos en dos.

Ayer tuvo lugar la visita de Juan José Imbroda, presidente de Melilla. Seguramente, un respiro para De la Torre para dejar de lado los asuntos de partido. Pudo debatir con su compañero de filas de lo que más le gusta, que son los proyectos para la ciudad. No abordó el futuro como quien está a punto de bajarse del tren y así se lo hizo saber a todo el mundo: «Como alcalde que soy, sí me toca plantear grandes cuestiones que la ciudad tiene pendientes, aspiraciones y proyectos importantes». Hasta el punto de pensar, todavía, que Málaga puede convertirse en la futura sede de la Agencia Europea del Medicamento. Nadie se lo cree, pero él demuestra ser un soñador. Recordó Bendodo los 72 años del alcalde y lo habitual es envejecer hacia adelante. Pero De la Torre volvió a demostrar que con él todo es posible, hasta recuperar la juventud biológica a base de grandes proyectos para la ciudad.

Apoyo a Juanma Moreno

Con mucha más suavidad encarriló su futuro inmediato Juanma Moreno. Ayer, fue elegido por los afiliados del partido como precandidato a revalidar su cargo como presidente del PP-A. Será en el congreso regional que se celebrará en Málaga donde entrará en juego por primera vez el nuevo reglamento de doble vuelta. Algo simbólico en Andalucía, ya que Moreno no cuenta con ningún contendiente.

El partido también eligió a sus compromisarios para el fin de semana del 17 al 19 de marzo. Para Málaga, en total, son 268 compromisarios. 43 natos y 225 electos. La provincia se impone, por ejemplo, a los 153 de Sevilla.