El balneario de los Baños del Carmen es un enclave único que pertenece, un poco, a todos los malagueños. Es evidente que se trata de una zona que ha echado raíces en la memoria sentimental de los ciudadanos, pero la indefinición sobre su futuro, que lleva años instalada entre las tres administraciones con competencias en el lugar, parece estar llegando a su fin. El edil de Ordenación del Territorio, Raúl López, explicó a este periódico que el Ayuntamiento quiere hacer avanzar ya su parte, es decir, la redacción, adjudicación y ejecución del proyecto de parque terrestre. Así, la idea del concejal es licitar la asistencia técnica para la redacción del proyecto y adjudicarlo antes de final de año. «Para septiembre, estaría bien tener un contrato», dijo. Por tanto, el impulso definitivo al mítico enclave parece muy cercano.

Recuerda López que se llegó a un acuerdo con el Estado por el que este, a través de Costas, financiaría la actuación y el Ayuntamiento, por su parte, contrataría la asistencia técnica para redactar el proyecto, que se consensuaría con Costas. No se ha hecho ya porque en los presupuestos de 2018 no había partidas para poder contratar la asistencia técnica, mientras que en las cuentas de 2019, ya aprobadas aunque aún no en vigor, sí las hay. A mediados de agosto, cuando las cuentas desplieguen todos sus efectos, comenzará el proceso administrativo para hacer este parque.

López quiere que ese proyecto se haga escuchando a los colectivos ciudadanos. «Será un diálogo con todas las administraciones, con todos los actores. Queremos que, en mayor o menor medida, ese proyecto tenga el input de la ciudadanía, en general. El alcalde ya ha trasladado su intención de hacer allí un parque marítimo terrestre. Ahora tenemos que reunirnos con Costas y avanzaremos», explica.

¿Qué se hará? Es un proyecto de 2010 y lo que se ha marcado, a grandes rasgos, es hacer un parque marítimo, ampliando el acerado, ejecutando nuevos accesos a la playa de levante y un paseo interior blando que discurriría tras el edificio y hasta Pedregalejo. Además, se eliminarían los eucaliptos enfermos que hay en la acera, aunque es posible salvar el bosque de estos árboles, lo que se ha abordado en varias reuniones entre Costas y el Consistorio.

Por otro lado, Costas tiene que ejecutar (salvo cambios recientes) obras en la playa de poniente, colocando un espigón junto al tranvía y otro más pequeño junto al balneario, así como ha de hacer un aporte de arena de 80.000 metros cúbicos. El verano pasado, a falta de actualizar los datos, se estaba tramitando por el procedimiento ordinario el documento ambiental y el proyecto, que debía redactar la Universidad de Cádiz. Estaba previsto que, tras la época estival de 2018, saliera a información pública esa actuación litoral para que se aportaran alegaciones y, en base a las mismas y a lo que determine el estudio ambiental, así como al deseo de la ciudad, se ejecutaría el proyecto tal y como estaba, con alteraciones importantes o pequeñas mejoras, señaló la Subdelegación en su momento. Luego, deberá ir a la Dirección General de la Calidad Ambiental.

La concesión, por su parte, tenía previsto inyectar 800.000 euros para rehabilitar el edificio y las terrazas anexas. Ahora, están en precario, renovando la explotación cada seis meses. La idea era preservar el aire años 20 del inmueble. Para hacer el parque, por cierto, la instalación concesionada no podría exceder los 1.500 o 1.800 metros, y ahora ocupa 33.000 euros. Es la Junta la que tiene aquí las competencias y debe recibir los terrenos que dejen libres los concesionarios, sin que aún se haya firmado el acta de reversión.

Muro

En cuanto a lo que hay ahora, dice López, la idea es que Costas reciba de la concesionaria los terrenos con el mayor grado de reposición posible. El edil lo que quiere es que se sanee lo que existe, que se ponga en valor, ganar espacio hasta que se empiecen las actuaciones principales y eso debe hacerlo Costas, que es la propietaria de los terrenos que va recibiendo de la concesión. En cuanto al muro, recuerda que hay dos partes, uno más antiguo en torno a la puerta (que no tiene ningún grado de conservación) y otro más actual, que va hasta casi la calle Bolivia. «La parte más original de la entrada puede tener sentido mantenerla», explica López, pero recuerda que en el pacto se estableció que el muro iba fuera (el posterior). «Se trasladó por Costas que ese muro había que eliminarlo», explicó, ganando así permeabilidad y saneando la zona. «Se trata de establecer un proceso de integración, un acercamiento a la ciudad. Costas es la que debe tirar el muro, nosotros sólo podemos actuar por falta de seguridad», recalca. Esta misma semana, Costas repuso 24 metros lineales de murete derribados por el temporal de mayo. «Hay dos líneas de actuación: a corto plazo, sanear, poner en valor; a largo plazo, el proyecto, redactarlo, licitarlo y ejecutarlo. Sobre el muro, habrá que saber qué quiere hacer Costas».

También está por ver qué ocurre con los concesionarios, actualmente en precario porque prorrogan cada seis meses la explotación hasta que la Junta convoque un concurso. El año pasado, esa era la idea, pero con el cambio de Gobierno en el Palacio de San Telmo (PP y Cs) no se sabe qué sucederá.