La política turística en los últimos años se ha basado en incrementar el número de visitantes y pernoctaciones en una carrera buscando grandes números, pero ahora no toca eso, a tenor de lo que piensas las instituciones públicas y los empresarios privados con competencias en la materia. Hay que cambiar el crecimiento cuantitativo por el cualitativo, en la Costa del Sol y en su capital, y pensar si la planta hotelera, por ejemplo, debe crecer mucho más o no. Pese a ello, actualmente hay en marcha, en distintos estadios de su tramitación administrativa, cuarenta proyectos de hoteles en toda la provincia que vendrán a sumar entre 8.000 y 10.000 plazas a las más de 100.000 que ya existen en la provincia, según explicó Arturo Bernal, el director general de Turismo Costa del Sol, que acudió el pasado martes a la Tertulia del restaurante Cantarrana, que organiza La Opinión de Málaga y que en esta ocasión también tuvo como invitados al vicepresidente de Aehcos por Málaga, Manuel Camacho, la portavoz del PP en la capital, Elisa Pérez de Siles, la delegada de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local de la Junta de Andalucía en Málaga, Nuria Rodríguez, el presidente de la Asociación de Viviendas Turísticas de Andalucía, Carlos Pérez -Lanzac, y el presidente de los hosteleros malagueños (Mahos), Javier Frutos. Por cierto, ocho de esos hoteles llegan a la capital.

Sea como fuere, al menos hay cuarenta proyectos hoteleros de los que ha tenido conocimiento Turismo Costa del Sol en distintos estados de tramitación. En cuanto a los números de este verano, entendiendo como tal los cuatro meses que van de junio a septiembre de 2019, la provincia va a recibir en torno a 7,3 millones de turistas, según Arturo Bernal, entre 120.000 y 150.000 más que el año pasado; en cuanto a los ingresos, estos ascenderán a 7.300 millones de euros, más o menos la misma cifra que el año pasado. Bernal, eso sí, consideró que hay que darle una vuelta a la planificación estratégica que hacen las instituciones y los empresarios privados de cara a seguir manteniendo a la Costa del Sol como un destino preferente entre turistas de todo el mundo. «Las estadísticas normalmente muestran el número de personas que se alojan en hoteles y eso es algo que debe cambiar», dijo, y esbozó los cambios que hay que operar en la estrategia a largo plazo: «Habría que pensar en una planificación estratégica distinta, porque han cambiado mucho las condiciones, las reglas de juego». Así, los retos que dibuja son: mejorar la formación y las capacidades para detectar y retener talento; renovar más rápido nuestros equipamientos y estructuras (sobre todo en hoteles), de forma que aquí se hace en ocho años lo que en otros países de Europa se reforma en menos de cuatro, con lo que todo es más antiguo; hay que mejorar la sostenibilidad, ello unido a «una política municipal que es la gestión territorial, esto es crítico ahora mismo, porque si no esto se nos va de las manos, no se puede crecer en número y tenemos que ordenar el uso de todos los servicios públicos y privados», y después está la transformación digital.

Nuria Rodríguez, representante de la Junta, se mostró muy de acuerdo con el camino apuntado por Bernal. «La Junta tiene muy clara la importancia de trabajar en equipo, lo público y lo privado han de ir de la mano, en este caso creo que estamos trabajando muy bien con diputaciones y ayuntamientos y hay que darles apoyo económico y moral». «Es importante desestacionalizar y hay que actualizarse con el tema digital». Pero apunta más aspectos: «Apoyar al patrimonio cultural, recuperar las aerolíneas perdidas con la crisis, la sostenibilidad es importante, hemos de traer un turista de calidad, no nos vale cualquier turista, porque sí es verdad que es importante la calidad; ahora hay que traer al turista de calidad, que nos elijan no por el precio, sino por la calidad». Ha recordado los intentos de regularizar las viviendas turísticas y avanzó que en octubre podría estar el decreto para hoteles de gran lujo, de forma que este tipo de establecimientos sólo existen en Andalucía porque ostentaban este distintivo hace más de una década, cuando la entonces autonomía socialista lo derogó. Será importante el decreto, sobre todo, para la capital.

Javier Frutos, de Mahos, aseguró que su sector lleva años diciendo que la formación es clave, al igual que es importante la estrategia turística y la necesidad de que exista una colaboración público-privada en la misma. «Que las instituciones apoyen esta formación es vital; nos falta formación», declaró, en el sentido de que hay que explicar también que la provincia vive del turismo y los jóvenes han de ver «que dentro de la hostelería hay un trabajo de calidad, donde la formación te va a llevar a tener una estabilidad en esas empresas», evitando así que el turismo sea sólo un sector paraguas y no una industria en la que quedarse. Para desestacionalizar, propone tirar del turismo gastronómico y muestra el trabajo hecho por Sabor a Málaga, pero destaca la Cátedra de Hostelería de la UMA o la creación del Gastrocampus. «Que en meses donde vivimos del sol y playa la gastronomía haga un esfuerzo en toda la provincia para atraer ese turismo directo». También se quejó de la inminente declaración como Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS) de calles del Centro y Teatinos, ya que a los negocios que les vaya mal pueden dejar su hueco a franquicias, que pagan mucho más, «hay que tener mucho cuidado cuando hablamos de modelo de ciudad, hay que tener muy claro a qué nos dedicamos, cuál es el desarrollo, cómo se ha hecho» y destacó que, pese a las protestas en redes sociales, el proyecto de Centro del PP para Málaga ha salido refrendado en las urnas.

Elisa Pérez de Siles, portavoz del PP en el Consistorio, avanzó que la capital va a crecer un 5% este verano, superando la barrera de las 800.000 pernoctaciones, logrando ingresos de más de 650 millones de euros, el 34% del impacto total del año. Consideró que hay que unir esfuerzos «público-privados, para no hablar sólo de datos como un número, sino de mejora de la calidad y de la rentabilidad económica que los visitantes dejan» y puso como ejemplo de buen hacer el Plan Estratégico para el sector turístico 2030, donde se esboza, por ejemplo, el soterramiento del eje litoral, que busca ampliar el Centro, creando nuevas centralidades y mejorar, por tanto, los flujos de visitantes en la ciudad; en el programa electoral del PP, dijo, se abogó por prever parcelas públicas para la promoción hotelera, se impulsa el turismo gastronómico, se hacen campañas de promoción para el comercio tradicional y destaca que el 20% de las pernoctaciones en la capital buscan un segmento premiun, por ello es importante el decreto para hoteles de gran lujo. También abogó, sobre el modelo de ciudad, por la necesidad de definir los usos en los proyectos urbanísticos, como se ha hecho en la Alameda. «Ese modelo hay que repetirlo».

Manuel Camacho, de Aehcos, afirmó que la capital estará este año al 85% de ocupación, dos puntos más que en el verano de 2018, destacó la importancia de ver «cuánto invertimos y cómo lo queremos invertir», en referencia a la renovación de equipamientos hoteleros, y recuerda que la competencia, y habla de Sevilla, Bilbao y Valencia, por ejemplo, «viene muy fuerte»; consideró básico promocionar la ciudad para los congresos, porque supone llenar hoteles un mes de los doce del año, y recordó que vienen varios hoteles nuevos (Soho abrirá tres nuevos en dos años, además de venir H10 y Room Mate a la capital). «Vamos a meter mucha más gente, el territorio es finito»; hay que aumentar el gasto, expresó, así como la formación de los trabajadores del sector turístico. «Tenemos muchos problemas con los de mantenimiento de los hoteles cuando la construcción tira fuerte». Hay que implementar esa colaboración «público-privada y hacerlo de forma inteligente».

Carlos Pérez-Lanzac, por su parte, destacó que en Andalucía hay 54.000 viviendas turísticas, es decir, 280.000 plazas (frente a las 192.000 de 2019). En la comunidad, se han recibido 4,4 millones de visitantes en viviendas turísticas, y absorbe el 45% de la demanda. «Hay un 48% de turistas que sólo miran esta modalidad de alojamiento», señaló, y destacó que el 55% de los usuarios son familias y el gasto medio, 2.092 euros. «No podemos estar más de acuerdo con que, efectivamente, la apuesta de Málaga son la calidad y la autenticidad, nuestro cliente no es ajeno a una buena oferta gastronómica, de ocio, al patrimonio; sabemos que el impacto en el pequeño comercio es importante». Las viviendas turísticas, dijo, ayudan a la desestacionalización, porque en invierno viene el cliente corporativo. Hay que mejorar la formación y Málaga, por cierto, sigue siendo líder, porque absorbe el 60% de la oferta de vivienda turística andaluza. Destacó el evento que hacen a mediados de octubre, «con empresas al máximo nivel» y ello afecta en el cliente y en los operadores.