El Reiki es una disciplina japonesa que consiste en la transferencia de energía y fuerza vital a través de las manos y la técnica pertenece a la gama de terapias energéticas como la acupuntura. Sobre esta innovadora terapia se cierne, en la actualidad, un halo de misticismo que no en todos los casos resulta acertado. Y es que esta técnica se aplica a nivel físico en numerosos casos para tratar diversas patologías.

Alivio de los síntomas, una recuperación más temprana o la reducción del dolor y del estrés son algunos de los beneficios que han experimentado los pacientes de Sandra Rodríguez, experta en terapias complementarias.

Esta técnica consiste en trabajar con las manos aquellas zonas que, según la medicina china, son puntos enérgicos. Recorriendo con las manos estas áreas neurálgicas, se consigue una relajación en el paciente que conlleva beneficios físicos y emocionales.

Desde jaquecas crónicas hasta neuropatías de diversa índole, pasando por el tratamiento de pacientes con parálisis cerebral. Estos son algunos de los casos que Sandra ha tratado durante los más de diez años en los que ha estudiado y practicado esta técnica. Paqui, es una paciente cuyo neuropatía le impedía, no solo desarrollar una vida normal, sino terminar de cruzar una calle, asegura. Tras innumerables pruebas y tratamientos, acude semanalmente a que le practiquen una sesión de Reiki. Desde entonces, confiesa, la mejoría es tan palpable que ha reducido la dosis de los anticonvulsivos que le recetaron: «El Reiki me ha ayudado enormemente, gracias a él he conseguido todo el alivio del dolor al que podía aspirar».

Como el de Paqui, Sandra Rodríguez asegura que ha tratado casos sorprendentes, en los que después de algunas sesiones se ha experimentado una notable mejoría. Los resultados y beneficios del Reiki son una realidad, apunta la profesional.

Tanto es así que Alberto Ramos recoge en su página web, en la que aporta información sobre la actualidad del Reiki, un estudio realizado por la Universidad de Turín y el Hospital Infantil Reina Margarita que indica una reducción del dolor en pacientes de oncología infantil. Este ensayo se llevó a cabo mediante la medición de los valores de aumento o disminución del dolor, antes y después de una terapia de Reiki. Los resultados verificaron variaciones en estas mediciones, por lo que el estudio concluyó con la viabilidad de utilizar la terapia de Reiki en pacientes con cáncer pediátrico. En este sentido, distintos hospitales, a nivel nacional y local, llevan a cabo sesiones de Reiki en sus áreas de oncología infantil.

En esta misma línea se sitúa la práctica de Reiki que se realiza antes y después de una operación. España es uno de los pocos países que todavía no ha incorporado terapias de Reiki previas y/o posteriores a una intervención quirúrgica. En países como México o Estados Unidos, una gran cantidad de médicos y enfermeros están iniciados en esta técnica y son ellos mismos los que le realizan el tratamiento al paciente, una vez se les suministra la anestesia. En España, Sandra es una de las pocas profesionales que realiza terapias de Reiki antes y después de una operación: «Aplicándolo en el preoperatorio, el paciente llega mucho más relajado, lo que favorece la intervención. En el postoperatorio hemos observado que la recuperación es mucho más rápida de lo que habitualmente suele ser», explica.

La profesional realiza las terapias en la misma habitación del hospital. Justo antes de que el paciente baje a quirófano, durante una media hora. De este modo, se consigue que el paciente vaya más tranquilo a la operación. Y una vez que el paciente sale de recuperación, al subir a la habitación se le realiza otra sesión. Es importante repetir esta última justo al día siguiente de la operación para favorecer el proceso de recuperación, explica esta profesional, que asegura que todos los pacientes con los que ha llevado a cabo esta terapia han notado muchísimo los efectos.

Cristina es una de esas pacientes. Intervenida el pasado lunes de una hernia umbilical, esta paciente asegura que la sesión de Reiki para ella fue fundamental para poder bajar a quirófano mucho más tranquila y relajada. Del mismo modo, explica cómo después de una operación así se acumula una gran cantidad de tensión en el cuerpo y ella, gracias a la sesión realizada en el postoperatorio, observó una recuperación mucho más temprana y relajada: «Mi experiencia ha sido muy positiva. He recibido la sesión en el pre y postoperatorio y no he llegado a sentir esa presión y nerviosismo que se supone que se tiene después de una operación así».

Los resultados de la aplicación de esta terapia antes y después de una operación son una realidad, sentencia Sandra. La profesional asegura que el misticismo que se cierne sobre esta novedosa práctica no favorece su normalización. Si bien es cierto, explica, que el Reiki no se queda solo en la parte física, sino que engloba también lo mental y emocional, se ha demostrado que los resultados son tangibles: «Es una terapia complementaria, no es una alternativa como muchas personas dicen. Es un complemento para apoyar y ayudar a resaltar los efectos de la medicina convencional».