Málaga accede hoy a la fase 1 del plan de desescalada con la esperanza de que la economía pueda también comenzar una gradual reactivación, tras dos meses de confinamiento que se han cobrado un duro peaje productivo y laboral, algo que se deja notar tanto en la cifras de empresas afiliadas a la Seguridad Social como en la de trabajadores cotizantes. Si en febrero, el volumen de empresas adscritas en el Régimen General era de 57.460, la cifra ha bajado a cierre de abril hasta las 50.757, con una caída de más de 6.700 en dos meses (-11,7% en términos porcentuales), según las últimas estadísticas publicadas por este organismo. Estas empresas no han desaparecido sino que han paralizado de forma temporal su cotización como empleadoras a la espera de que vuelva a reanudarse la actividad, según aclara la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM). Los meses de primavera suelen ser de subida en el censo empresarial pero en este 2020, debido a la pandemia, la tendencia ha sido la contraria.

El efecto del coronavirus en el tejido productivo es más palpable si se comparan los datos con los de abril de hace un año, cuando la economía marchaba a un ritmo normal: Málaga tiene ahora 8.000 empresas menos que entonces. Los datos de la Seguridad Social son muy representativos ya que todos los empresarios, como requisito previo e indispensable, deben solicitar su inscripción en alguno de los regímenes del sistema (en este caso el mayoritario es el Régimen General), sobre los que se realizarán los actos de afiliación de sus trabajadores.

Los descensos de marzo y abril de este 2020, además de ser por supuesto los más amplios desde que hay registros, colocan el censo empresarial de Málaga, de momento, al nivel de 2012, cuando se vivían los peores momentos de la crisis económica. La pandemia ha cortado así de forma abrupta la tendencia ascendente y sostenida en los últimos ejercicios con la que Málaga se acercaba ya a los máximos históricos de empresas registradas en la Seguridad Social, que alcanzaron un pico de casi 59.800 firmas en 2007, hace ya trece años, en pleno boom de actividad y justo antes de que estallara la recesión.

En cuanto al empleo, el descenso de trabajadores afiliados a la Seguridad Social en estos dos meses ha sido de más de 45.000, y deja el total den 576.624 cotizantes, el peor nivel para abril desde 2017. Los sectores que más trabajadores han perdido son hostelería, comercio y construcción. En comparación con abril de 2019 hay una caída de 46.000 empleos.

No obstante, el impacto de la pandemia en el empleo es mayor, ya que en las actuales cifras de cotizantes también hay 130.000 trabajadores incluidos en expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) que siguen cotizando a la Seguridad Social y unos 51.800 autónomos (casi la mitad de los que hay en la provincia) que se han quedado sin actividad y siguen en alta al cobrar la prestación extraordinaria por cese de actividad.

«Tomar el pulso»

La vicepresidenta ejecutiva y secretaria general de la CEM, Natalia Sánchez, afirma que esta semana servirá para «tomar el pulso» a la realidad económica, ya que los negocios tienen que comprobar el estado de la demanda y el consumo en esta fase.

«No podíamos mantener más tiempo la parálisis económica. La ciudadanía debe ir retomando también poco a poco la actividad. Las empresas deben ser muy prudentes ahora, porque seguramente para muchas los gastos serán, de momento, superiores a los ingreso», comenta. Buscando el lado positivo, cree que el retraso de una semana en el acceso a la fase 1 ha podido servir para que el empresariado malagueño afine sus protocolos de seguridad. Es momento, dice, de que cada uno «se prepare ya para abrir en las mejores condiciones posibles, calibrando la prestación de servicios, aforos y las expectativas de sus clientes».

En este sentido, cree que la fase 1 va a servir de «toma de contacto», con sectores que ya llevan algunos días de actividad con cita previa o de preparativos (caso del pequeño comercio) y otros, como la hostelería o los hoteles que todavía no tienen claro el beneficio de abrir en las actuales condiciones. En todo caso, la CEM espera que en las próximas semanas, a nivel general, el número de trabajadores en ERTE pueda lentamente ir bajando a medida de que las empresas vayan retomando su pulso y decidan reincorporar progresivamente a su personal. El censo de empresas en la Seguridad Social, en teoría, también debería detener su caída y comenzara repuntar.

Firmas del pequeño comercio, de la hostelería, el ocio, la cultura y los servicios son algunas de las que integran este colectivo que se vio obligado a cesar momentáneamente su actividad, según la patronal. También puede darse el caso de algunos autónomos que estaban dados de alta como sociedad limitada y unipersonal pero que tenían trabajadores a su cargo.

En todo caso, Sánchez insiste en que la posible mejora con el acceso a la fase 1 tendrá, por ahora, un ritmo «muy pausado». Por eso, la CEM valora el acuerdo del Gobierno, la patronal CEOE y los sindicatos CCOO y UGT para extender los ERTE hasta el 30 de junio, algo que da margen a las empresas. En sectores especialmente afectados, una comisión tripartita decidirá si se siguen prorrogando.

El presidente de los hosteleros malagueños (Mahos), Javier Frutos, ya ha afirmado que la mayoría de los negocios no abrirán aún. «Entendemos que con el 50% de terraza no hay muchos que a día de hoy les merezca la pena el abrir, puesto que abiertos tendrían muchos más gastos que los propios que tenemos ya cerrados», dijo.

Lo que vuelve en la fase 1

La fase 1 permite la apertura de locales comerciales de menos de 400 metros cuadrados ya sin cita previa, a excepción de los que están dentro de centros comerciales (que siguen cerrados), salvo que tengan acceso directo e independiente desde el exterior. El aforo se limita al 30% y deberá establecerse un horario para personas mayores. Además, el Ejecutivo ha introducido como novedad la apertura de establecimientos de más de 400 metros, aunque siempre que delimiten su superficie comercial en funcionamiento a esa medida.

En las terrazas al aire libre de bares y restaurantes se permite una ocupación máxima de diez personas por mesa o agrupación de mesas, limitándose al 50% el número de mesas permitidas y con una distancia entre ellas de dos metros. En Málaga capital, el Ayuntamiento permitirá en la fase 1 ampliar la ocupación de mesas y sillas en la vía pública hasta el doble de la que tuvieran concedida, para ayudar a un sector conformado en la ciudad por 8.000 bares y restaurantes con más de 30.000 trabajadores.

Otra actividad que retorna son los mercadillos al aire libre: se dará preferencia a los de productos alimentarios y de primera necesidad, procurando que se garantice la no manipulación de los productos por parte de los consumidores. Se establece una limitación del 25% en el número de puestos y de un tercio en la afluencia de personas.

Se podrán volver a realizar turismo activo y de naturaleza en grupos de hasta diez personas, preferentemente con cita previa. Y podrán reabrir al público, también con cita previa, los concesionarios, las estaciones de ITV, los centros de jardinería y viveros, junto a las administraciones de lotería.

En la fase 1, se sigue recomendando el teletrabajo y, si no es posible, se debe dotar al trabajador de protección necesario en caso de exposición al público. Se pide a las empresas que escalonen salidas y entradas.