Paseo de Calvo Sotelo

Inseguridad vial en la curva de subida al Monte Gibralfaro

Los vecinos critican que las obras municipales no contemplan protección para los peatones. Además, denuncian que el semáforo junto a la calle Enlace resulta casi indistinguible durante el día y que tampoco hay señalización nocturna. El concejal de Urbanismo responde que el plan de seguridad se cumple de forma "escrupulosa" y que hay desvíos para peatones

Una mujer, ayer, con un carrito de bebé por la carretera y detrás, un autobús de turistas.

Una mujer, ayer, con un carrito de bebé por la carretera y detrás, un autobús de turistas. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

 «Aquí hay un problema de seguridad», resumía ayer Ramón Carlos Morales, expresidente de la federación vecinal Unidad y vecino de la zona. Justo en ese momento, una joven con un carrito de bebé ascendía la curva inicial del paseo de Calvo Sotelo -la subida a Gibralfaro- por la calzada y detrás, un gran autobús.

Se trata de las obras de ampliación de la curva de subida a Gibralfaro anunciadas en febrero por la Gerencia de Urbanismo y el Distrito Centro, pocos días después de que comenzaran.

Las obras ampliarán la calzada hasta los 9 metros, traerán una acera más accesible y de paso se mejorará el saneamiento.

Pero mientras se ejecutan, avisa Ramón Carlos Morales, «si no ha habido un problema de seguridad gordo es porque jugamos con la suerte».

Peatones y corredores se ven obligados a ir por la calzada.

Peatones y corredores, por la calzada. / A.V.

Ayer, en el momento de visitar la zona La Opinión, subían pegados al murete de la curva o bien junto a las obras personas de todas las edades y también corredores. Pero la inseguridad, resalta este vecino, también la padecen los conductores, dado que se han instalado dos semáforos portátiles al inicio y final de la curva para regular el tramo por el estrechamiento de la calzada y el semáforo de arriba apenas se distingue durante el día.

«Se ve un poquito el verde pero cuando cambia a rojo no se ve nada hasta que anochece», detalla Ramón Carlos Morales, que muestra a este diario cómo, en el momento en que se pone en rojo el color es prácticamente inapreciable. El exdirigente vecinal explica que ha comunicado este problema a la Policía Local, «pero me contestó que el semáforo está bien». En opinión de este vecino, en cualquier momento un coche puede saltárselo y producir un accidente.

El semáforo, en rojo en la foto, resulta poco perceptible para los coches, que corren el riesgo de saltárselo y provocar un accidente, advierten los vecinos.

El semáforo, en rojo en la foto, resulta poco perceptible para los coches, que corren el riesgo de saltárselo y provocar un accidente, advierten los vecinos. / A.V.

Además, Ramón Carlos Morales denuncia que la obra carece de señalización nocturna: «De noche no hay ninguna luz ni ningún tipo de baliza», apunta y cuenta que durante un fin de semana puntales de hierro han estado sin caperuzas de protección.

Por otro lado, con las obras en pleno funcionamiento, también indica que los coches han llegado a pasar mientras se balanceaba una gran pieza de hormigón.

Respuesta del Ayuntamiento

El concejal de Urbanismo, Raúl López, contestó ayer que la obra cumple de forma «escrupulosa» el plan de seguridad al estar delimitada con grandes pivotes, tener señales de obra y ofrecer «desvíos provisionales para los peatones desde todos los puntos de acceso», por lo que la zona de obra está cerrada al viandante. Tambien indicó que tiene semáforos de obra en ambos extremos así como «alumbrado provisional del vial con focos porque se tuvieron que retirar las farolas».

Por este motivo, el concejal informó de que la policía vigilará la zona para sancionar «a las personas que incumplen las indicaciones».

Por último anunció que si se siguen infringiendo las normas, «tomaremos la decisión del corte absoluto del tráfico hasta que acaben las obras».

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