El espacio para niños y adultos del programa de televisión ‘El Hormiguero’, creado por Jordi Moltó, se viraliza como la espuma gracias a un óptico malagueño de 46 años que superó la dislexia de su infancia y que es capaz de hacer incluso que un modelo de váter portátil, que le ha llamado la atención, venda de la noche a la mañana 100.000 unidades.
Es Álvaro de Linares, de 46 años, hijo de dos conocidos locutores malagueños, Paco Linares y María José Rosado y que la semana pasada recibió del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, la Placa de Oro de Youtube por su primer millón de seguidores de su Canal ‘Álvaro de Linares’, aunque precisa sonriente: «En realidad ya tengo más de millón y medio».
En total, entre TikTok, Instagram, Facebook y Youtube cuenta con 3,5 millones de seguidores y como confiesa, con este trabajo «ahora mismo gano seis o siete veces más de lo que gano como óptico».
El gran salto
Aunque comenzó con algunos vídeos en Youtube en 2008, Álvaro cuenta que el gran salto se produjo durante la pandemia, cuando aprovechó para apuntarse a un curso de ‘community manager’. «Fui investigando en las redes, he sabido jugar con los algoritmos y me ha ido muy bien», resume.
Así, este inquieto malagueño que además de Óptica también estudió Imagen y Sonido, pasó de 4.000 seguidores en Youtube en julio de 2021 a 100.000 sólo tres meses después. En la actualidad, cada mes suma unos 100.000 seguidores y en ese mismo periodo sus vídeos en las distintas plataformas reciben 400 millones de visualizaciones.
«Lo mío es crear contenidos de entretenimiento en las redes», precisa, algo que le lleva a trabajar 14 horas al día y que compagina con su óptica en Málaga capital.
Entre sus vídeos, explica, pueden encontrarse desde la introducción a vídeos de otras personas -previo permiso- a vídeos de manualidades, sarcásticos y de curiosidades. «Soy un manitas y a la vez estoy todo el día en las redes, de las que me nutro mucho», señala.
Su vídeo más visto, una curiosísima pedida de mano, ha alcanzado los 250 millones de visionados. «Es un vídeo que me autorizan a coger y que a lo mejor tenía un millón de visionados y lo he viralizado», indica. En este proceso, detalla, una parte de los ingresos va a los derechos de autor de la música, otra al autor del vídeo y por supuesto, al óptico.
El éxito, por ejemplo, le ha llevado a montar su propia empresa y a hacerse colaborador de una firma china de ollas exprés para cocinar al estilo del país. Además, cuenta que recibe ofertas de los grandes representantes que gestionan a los ‘influencers’ más famosos y todo sin que apenas se conozca su rostro, pues no es muy dado a las apariciones en sus vídeos.
Los logros, sin embargo, no se le han subido a la cabeza y continúa trabajando día a día en su óptica porque, como comenta, el mundo de las redes «es incierto, no es nada seguro». Eso sí, sus dos hijos de 13 y 10 años estudian programación de videojuegos.
Libros en Amazon y la huella de Málaga
Además, ha aprovechado la fama para publicar varios libros en Amazon sobre el poder de la dislexia, los ‘streamers’ millonarios o su última obra, ‘Viralidad: La ciencia detrás de los contenidos que triunfan en internet’.
Y como confiesa sentirse «muy malagueño», en casi todas sus redes hay un hueco para su ciudad natal, incluidos vídeos para poder pasear por Málaga con gafas 3d. Un óptico con buen ojo para enfocar el presente como pocos.