Crónicas de la ciudad

Picasso no tiene quien le quiera en sus jardines

Ajado, lleno de roña e inscripciones, en el 50 aniversario de la muerte de Picasso el homenaje escultórico que le dedicó Berrocal continúa olvidado y en decadencia

El olvidado homenaje a Picasso de Berrocal

Detalle del grupo escultórico de Berrocal, homenaje a Picasso en los antiguos Jardines de la Aurora, esta semana.

Detalle del grupo escultórico de Berrocal, homenaje a Picasso en los antiguos Jardines de la Aurora, esta semana. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Este octubre picassiano a punto de finalizar ha resultado de lo más extraño y un servidor está seguro de que habría sonrojado al propio Pablo Ruiz Picasso, de quien además se conmemora este 2023 el 50 aniversario de su muerte. 

Por un lado, porque en el XX aniversario del Museo Picasso Málaga, sus trabajadores evidencian que no todo es color de rosa, han sacado a la calle sus reivindicaciones laborales y se ha mostrado en la calle lo que desde tiempo era ‘vox populi’ en algunos mentideros: que para llevar bien un museo no sólo hay que saber de cuadros sino también de personas. Confiemos en que el próximo director o directora de este museo, que ha cambiado Málaga para siempre, sea ducho en las dos materias.  

De paso, si la Junta de Andalucía deja de ponerse de perfil, para no molestar a los ‘santos patronos’, todos saldremos ganando. Además, de vivir el artista, ¿acaso no habría apoyado a los trabajadores?

Los Jardines de Picasso esta semana, con la escultura de Berrocal al fondo.

Los Jardines de Picasso esta semana, con la escultura de Berrocal al fondo. / A.V.

En los jardines que llevan su nombre, por otra parte, nada ha cambiado en este octubre picassiano. El monumento que simbolizó la Transición en Málaga, el que protagonizó la portada de una guía telefónica de los tiempos anteriores al móvil y que homenajea a Pablo Ruiz Picasso con toda una lección de modernidad sigue languideciendo a ojos vista, mientras el Ayuntamiento, un octubre más, emite su tradicional y metafórico bostezo. 

Los asiduos de esta sección ya saben que se trata de ‘Siéxtasis’, el grupo escultórico del artista malagueño Miguel Ortiz Berrocal, que realizó en Verona en 1971 y que fue su particular homenaje en vida a Picasso. 

La soberbia obra, una de las mejores de la ciudad, es una fabulosa abstracción tridimensional, una suerte de dos gigantescas criaturas pantanosas de Lovecraft abrazadas bajo los grandes ficus del antiguo Jardín de la Aurora

Otro detalle de la obra artística.

Otro detalle de la obra artística. / A.V.

‘Siéxtasis’, sin embargo, tiene enfrente la ‘siesta municipal’, una postura de letargo administrativo que impide a nuestro Consistorio mover un dedo para restaurar, uno de estos lustros, la obra. 

Porque como año a año recuerda esta sección, el grupo escultórico del gran Berrocal es hoy una obra ajada, polvorienta y con roña incrustada, además de lucir unos goterones que uno no sabe si provienen de los ficus o de la mente infantil de algún zangolotino. Pero lo peor son las rayaduras e inscripciones que, poco a poco, se están adueñando de la obra y que la están transformando en una joya vandalizada. 

Lo dicho, si por puro milagro don Pablo se diera una vuelta por su ciudad natal, se alegraría por algunas cosas pero por otras repartiría tirones de orejas. 

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