Crónicas de la ciudad
Once años con pintadas en la chimenea de Clemens
El Ayuntamiento rompió con la asilvestrada tradición de demoler las chimeneas, ahora toca limpiarlas con más periodicidad, como la que hay junto al Convento del Carmen
Como saben y aunque por descontado haya vocación por el servicio público, un perfil muy abundante de político hispano es aquel que lleva toda su vida profesional viviendo del partido.
Esta situación conlleva de facto convertirse la mayoría de las veces en alto funcionario sin haber estudiado un solo minuto unas oposiciones y por ende, sin haber demostrado ni méritos ni conocimientos para el puesto.
Este modo de vida, presente en todas las formaciones, se agrava con los sucesivos cambios de destino, con lo que nos topamos con responsables públicos con una difusa idea de su cometido, siempre apoyados por una cohorte de técnicos, responsables de prensa y cargos de confianza que les van salvando los muebles.
Una de las consecuencias de tener de profesión el partido es que demasiados de nuestros cargos públicos se van formando a salto de mata.
Y eso se nota. Por eso en Málaga, como alguna vez hemos señalado, en estos últimos 20 años nuestros políticos han tenido que someterse a un auténtico proceso de ‘escolarización’ y sensibilización para asimilar el concepto de Patrimonio Industrial, que minusvaloraban por desconocimiento.
Y tendrán que pasar varias décadas hasta que hagan suyo el concepto de protección del Paisaje, hoy un término ininteligible o puede que hasta risible para un preocupante número de ellos.
Pero la educación y sensibilización terminan por calar. Un buen ejemplo lo tenemos en la chimenea que monta guardia junto al restaurado convento carmelita de San Andrés, en El Perchel.
La Asociación en Defensa de las Chimeneas y el Patrimonio Industrial de Málaga informa sobre ella en un panel que pudo estar ligada a la fabricación de crémor tártaro, que se usaba para hacer vino de Málaga en una fábrica de Juan Clemens en la década de 1860. Ya a mitad del siglo XX sirvió para una pequeña fundición que terminó especializándose en fabricar envases para conservas de pescado.
La chimenea fue trasladada unos metros para permitir el desarrollo inmobiliario en la zona y fue restaurada. Lo bueno es que no terminó demolida como era tradición municipal.
Pero sigue faltando sensibilización patrimonial. Salvada la chimenea, toca mantenerla pues una de las pintadas de su base, la que mira al convento, lleva sin retirarse al menos desde hace 11 años, mientras una segunda, «Señor Tamo» -que denota poco amor-, al menos ocho. Además hay una tercera que es casi un gran fresco. ¿No toca ya limpiarla ya?
Suscríbete para seguir leyendo
- Una peluquería de Málaga responde a las críticas de un cliente: "En este salón no toleramos ningún tipo de discriminación
- Estas son las dos únicas heladerías de Málaga que aparecen en la Guía Repsol
- Taxi dejó su rastro judicial en Fuengirola y Rincón de la Victoria antes de desaparecer
- Desalojan un inmueble okupado por seis personas en los Baños del Carmen ante el riesgo de derrumbe
- Málaga también saldrá a la calle para denunciar el modelo turístico: "Málaga para vivir, no para sobrevivir
- Málaga avanza hacia las "viviendas transitorias": 10 años de alquiler con precios sociales
- Paso decisivo de la Junta para la llegada de dos universidades privadas a Málaga
- El parque nacido de la movilización vecinal