Universidad

La UMA celebra su nueva etapa en un ambiente de preocupación

Los problemas económicos de la universidad malagueña terminaron asomándose a los discursos oficiales en el acto en el que fue investido el rector y tomó posesión el equipo de dirección 

Cristóbal G. Montilla

Cristóbal G. Montilla

En ese microcosmos predispuesto a las ceremonias que sugiere el Paraninfo de la Universidad de Málaga (UMA) en el campus de El Ejido, se vivió uno de esos grandes acontecimientos que suelen ser festivos bajo cierto ambiente de preocupación. Los problemas económicos de la UMA terminaron asomándose a los discursos oficiales y sometieron a un baño de realidad al cóctel de alegría, emoción, pasado, presente y futuro que destila una velada de estas características. Eso sí, el tono más serio llegó en la recta final. Antes, tocó celebrar -al fin de forma oficial y cuando las agendas y los trámites previos lo han hecho posible- la renovación de cargos que salió de las urnas, tras una campaña electoral especialmente convulsa, en la antesala de la Navidad.  

Cuando al mediodía el consejero de Universidad de la Junta de Andalucía, José Carlos Gómez Villamandos, proclamó el tradicional 'sentaos y descubríos' para dar por comenzado el acto, quedó de manifiesto que el principio de una nueva etapa en la Universidad de Málaga era una realidad sin vuelta atrás. Le rodeaban en la misma mesa el anterior rector, José Ángel Narváez, y el nuevo, Teodomiro López. Y, poco después, Gómez Villamandos -exrector de la Universidad de Córdoba- pronunció el pertinente 'levantaos y cubríos' y se escenificó el mismo traspaso de poderes que es efectivo desde el pasado mes de enero. Entonces, Narváez y López se fundieron en un abrazo y el acto siguió su curso con una hoja de ruta abonada a una explosión de solemnidad.

Narváez y López se abrazan.

Narváez y López se abrazan. / Gregorio Marrero

Nuevo equipo de dirección

Además de a la investidura del rector -que ya había pasado por un trámite anterior en el sevillano Palacio de San Telmo junto al presidente andaluz Juanma Moreno- se procedió a la toma de posesión del nuevo equipo de dirección de la UMA. O sea, del equipo de Gobierno que completan la secretaria general, la gerente, una docena de vicerrectores -siete hombres y cinco mujeres- y sendos delegados en materia de Personal y de Coordinación de los Servicios y la Inspección sin rango de vicerrectores. 

Se trata de un grupo humano sometido a una profunda renovación y en el que, en relación a la etapa de Narváez, sólo repiten Teo López ya como rector y dos personas de su máxima confianza: Zaida Díaz Cabiale, convertida en Vicerrectora de Internacionalización tras haber asumido Investigación y Transferencia cuando el propio López dimitió de ese vicerrectorado para emprender la carrera electoral; y Susana Cabrera, quien tiene como compañero de viaje en su vida personal al nuevo rector y tras ocho años como vicerrectora en el anterior Gobierno ostenta ahora el Vicerrectorado de Proyectos Estratégicos, Relaciones Institucionales y Bienestar Universitario.   

Intervención del consejero

Una vez que se formalizó la toma de posesión de todo el equipo de dirección, tomó la palabra el consejero andaluz de Universidad, José Carlos Gómez Villamandos, quien apeló a la necesidad "de que la universidad no se entienda como un ente aislado sino que esté al servicio de la sociedad". El consejero deseó, como suele decirse en estos relevos, que López "mejore la universidad que se encontró" y tuvo en cuenta la presencia de Narváez al matirzar que "eso no tiene por qué significar que se la haya encontrado mal". 

José Carlos Gómez Villamandos, Teodomiro López y José Ángel Narváez.

José Carlos Gómez Villamandos, Teodomiro López y José Ángel Narváez. / Gregorio Marrero

"Querido José Ángel, ha sido un lujo trabajar contigo", le dijo Gómez Villamandos al rector saliente después de estos últimos ocho años en los que sus caminos se cruzaron porque él era el rector de Córdoba, primero, y luego se convirtió en el consejero: "Por ser consejero de Universidad uno no cambia de bando, estamos en el mismo bando para intentar mejorar el sistema universitario con las medidas que sean necesarias". 

En su intervención, Gómez Villamandos llegó a referirse, sin mencionarlo demasiado explícitamente, a la situación financiera que atraviesa la universidad malagueña. El consejero no perdió de vista que flotaba en el ambiente el plan de ajuste económico de la UMA al que él mismo se refirió, a principios de febrero, para hacer frente a la deuda declarada de 25 millones de euros que tiene la institución académica: "Es una situación complicada la que atraviesa la Universidad de Málaga; el presidente Juanma Moreno ya lo dijo en tu toma de posesión, Teo, no estáis solos, el Gobierno andaluz os apoyará en lo que sea necesario para que podais mantener la labor que estais realizando".

En este punto, Gómez Villamandos siguió midiendo sus palabras y añadió que "el dinero es importante pero también son importantes los proyectos y los cambios normativos que tendréís que hacer". "Os animo a que los hagais con visión de futuro, ahí es donde se tiene que ver ese impulso y las ganas de hacer cosas nuevas", recalcó el consejero.

Discurso del rector

A continuación, su lugar en el atril lo ocupó el nuevo rector malagueño Teodomiro López, quien recordó que en su proyecto no sólo cabe toda la comunidad universitaria "Es imprescindible que estemos todos juntos", añadió para reclamar una unidad que no saltó precisamente a la vista cuando tocó abrir el melón de la sucesión de Narváez.

Teodomiro López (Badajoz, 1960) llegó a Málaga en 1984 para hacer su tesis doctoral y ahí comenzaron los "40 años de vinculación con la UMA" que recorrió en un discurso encomendado a un par de citas de Miguel de Unamuno: "Volvería a vivirlos minuto a minuto, con la misma ilusión, pero también el hoy es el momento del futuro", reclamó antes de reivindicar que "Málaga debe estar orgullosa de su universidad, pública, abierta y generalista". 

Teodomiro López.

Teodomiro López. / Gregorio Marrero

"La UMA ha sabido construir en estos 50 años un futuro basado en las fortalezas del pasado y en la potencialidad de la ciudad y la provincia, el futuro será en gran parte lo que nosotros seamos capaces de imaginar, moldear y construir, no podemos defraudar, nos debemos al futuro", agregó.

A esas alturas, López se estaba preparando el terreno para abordar el presente marcado por las dificultades enconómicas al que se enfrenta la institución: "Cada vez que atraviesa la sociedad momentos complejos y de incertiidumbre mira hacia nosotros y también sé que cuando somos nosotros quienes tenemos momentos complicados, como decía el consejero, tendremos a la sociedad malagueña a nuestro lado", dijo. 

Y, a renglón seguido, optó por las cualidades analgésicas del optimismo: "Estoy convencido de que vamos a conseguirlo, querido equipo de dirección os pido todo el compromiso con la tarea que os ha pedido la comunidad universitaria, tenemos un programa de gobierno que cumplir, no estoy dispuesto a renunciar a ni una sola línea del mismo, los protagonistas del programa son las personas y nuestra razón de ser son los estudiantes; hay que ir siempre más allá, hay que hacer un esfuerzo para que el paso por la universidad se sienta como el momento más importante de la vida". 

Para el final, López se dejó una interpelación a Gómez Villamandos que sonó a una señal de socorro, a un SOS gritado con numerosos catedráticos o doctores y las autoridades malagueñas como testigos: "Necesitamos suficiencia financiera, consejero, me alegra que siga usted en el mismo bando, necesitamos suficiencia financiera para seguir jugando un papel relevante y construir la UMA del futuro". Se podía decir más alto, pero no más claro. Y, en esas, con el epílogo de la investidura señalándose en el horizonte más inmediato a Teodomiro López no le quedó otra que volver a Unamuno: "Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado".