Alimentación

La pitaya gana presencia en la agricultura malagueña

Originaria de Ámerica Central y México, la fruta del dragón tiene cada vez más adeptos en la provincia de Málaga, donde han surgido empresas pioneras en su cultivo como es el caso de Pitayate, en Almayate

Pitayas de Pitayate.

Pitayas de Pitayate. / L. O.

Chaima Laghrissi

Chaima Laghrissi

Exótica. Es el adjetivo que mejor define a la pitaya. También conocida como fruta del dragón comenzó a popularizarse en España hace un par de años, cuando los foodies la pusieron de moda.

La pitaya es un fruto originario de América Central y México, que destaca por su intenso color rosa-rojo y por las escamas de su cáscara. Ahora, esta fruta se cultiva en varias partes del mundo, ganando presencia en la agricultura malagueña.

José Antonio Marín es uno de los pocos agricultores que conoce bien esta fruta y uno de los pioneros en su cultivo en Málaga. Hace ocho años, comenzó a interesarse por la fruta del dragón y no fue hasta hace dos cuando creo Pitayate, una empresa que cultiva y distribuye esta fruta.

«Nace de mi trabajo de agricultor y la marca de abonos con la que trabajaba, que nos propuso hacerlo y ahora estamos trabajando en este sentido», cuenta.

José Antonio siembra la pitaya en el municipio de Almargen, donde tiene alrededor de 15.000 plantas: «El principal objetivo es la exportación nacional e internacional», indica.

Pitayate  cultiva en torno a 15.000 plantas. | L.O.

Mermelada hecha con esta fruta de Pitayate. / L. O.

Tal y como explica el fundador de Pitayate, la fruta del dragón «es rentable», ya que no necesita de mucha agua como el aguacate o el mango: «La sequía no le afecta. Una planta adulta necesita en los meses de verano de 30 a 40 litros por mes y el resto del año, entre 6 o 8 litros», cuenta.

Lo que sí condiciona el crecimiento de esta fruta es la temperatura. La pitaya no resiste el frío, ya que «es como un cactus»: «Lo ideal es que esté a no menos de 15 y no más de 30 grados».

Aunque en los inicios, los agricultores malagueños «eran reacios» a cultivarla, ahora «se están lanzando a sembrar»: «Se nota la venta por dos motivos. Tiene futuro la fruta, porque aunque es un cultivo que tiene trabajo, tiene un mayor rendimiento. Y ahora mismo es uno de los más rentables», explica.

¿Y qué aceptación tiene entre los malagueños? José Antonio Marín indica que «al principio no mucha, porque había fruta de poca calidad; pero poco a poco se está haciendo una pitaya de calidad y buena. Ahora todo el mundo quiere comprarla. El cultivo de la fruta del dragón tiene futuro en Málaga», augura José Antonio Marín.

La pitaya gana presencia en la agricultura malagueña

Pitayate cultiva en torno a 15.000 plantas. / L. O.

Sabor y propiedades

En términos de sabor, la pitaya puede variar dependiendo de la variedad. La pitaya roja suele tener un sabor más dulce y suave, con un ligero toque de acidez. Por otro lado, la pitaya blanca tiende a tener un sabor más suave y menos dulce, pero igualmente refrescante. Ambas variedades tienen una textura similar a la de un kiwi, con pequeñas semillas comestibles distribuidas en la pulpa. La pulpa de la pitaya es jugosa y refrescante, lo que la convierte en una opción popular para consumirla fresca, en ensaladas de frutas, batidos o postres.

En cuanto a sus propiedades, la pitaya es un tesoro desde el punto de vista nutricional, contiene antioxidantes, mucílagos, ácido ascórbico, fenoles. Es rica en vitamina C, también contiene vitaminas del grupo B, minerales como calcio, fósforo, hierro, tiene un alto contenido en agua y posee proteína vegetal y fibra soluble.

Las semillas, que son comestibles, contienen ácidos grasos beneficiosos, además de ser antiinflamatoria.

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