Tribunales

Llega el juicio por uno de los asesinatos más salvajes de Marbella: 12 balazos a plena luz del día

La Fiscalía pide para los dos acusados 35 años de prisión por asesinato y depósito de armas y tres años más para uno de ellos por falsedad documental 

El crimen se sitúa en la guerra entre dos clanes balcánicos

La víctima yace junto a dos agentes.

La víctima yace junto a dos agentes. / L. O.

La Audiencia Provincial de Málaga juzga a partir de este lunes a los dos hombres acusados de asesinar a tiros a Milos Perunicic, el ciudadano montenegrino que fue acribillado en el Centro de Marbella a plena luz del día hace ahora casi cuatro años. Como ya adelantara La Opinión el pasado mes de noviembre, la Fiscalía pide para ellos penas de 38 y 35 años de prisión, respectivamente. La solicitud suma para ambos 25 años por un delito de asesinato consumado y otros 10 años por depósito de armas de guerra, mientras que uno de ellos se enfrenta a tres más por un delito continuado de falsedad documental durante su estancia en España. Está previsto que el caso se juzgue por el Tribunal del Jurado a partir de este lunes y que la vista oral dure varios días, aunque fuentes judiciales han informado de la posibilidad de que las partes lleguen a un acuerdo de conformidad, opción que abreviaría el proceso.

Los hechos ocurrieron sobre las 13.00 horas del 2 de junio de 2020, en plena desescalada de la pandemia. En sus conclusiones provisionales, el ministerio fiscal relata que los acusados, «puestos de acuerdo y a cambio de remuneración económica», llegaron a esa hora a las inmediaciones de la calle Arturo Rubinstein en una Suzuki Burgam con el objetivo de acabar con la vida de Perunicic. Según esta versión, sobre las 13.50 horas, uno de los investigados se quedó en la moto a la altura de la calle Camilo José Cela ocultando su aspecto con una gorra y una mascarilla mientras su compañero, también con una gorra, acechó a su objetivo cuando cruzaba el paso de peatones que hay a la altura del edificio Gran Marbella. Allí le disparó cuatro veces por la espalda en el tórax posterior. Ya con la víctima en el suelo, el pistolero lo alcanzó otras ocho veces: cuatro en el tórax anterior; una en la parte posterior de la cabeza; otra en la boca; en la zona de la axila izquierda; y en los brazos. A continuación, los acusados huyeron en la moto. El fiscal detalla que los investigados utilizaron una pistola de la marca Grand Power modificada para disparar de forma automática, por lo que se considera un arma de guerra prohibida conforme al Reglamento de Armas español.

La investigación de la Policía Nacional, que situó el crimen dentro del conflicto que un grupo serbio y otro montenegrino iniciaron en 2014 tras la pérdida de un cargamento de cocaína, culminó con la detención de los dos sospechosos en Barcelona y el registro de la vivienda de Estepona que utilizaron antes y después del crimen. Los agentes encontraron en el inmueble un permiso de conducir, una carta de identidad y un pasaporte croatas con las fotos de uno de los acusados, pero con un nombre que no coincidía ni con el suyo real ni con el alias con el que alquiló la casa de Estepona y un coche. El fiscal también indica que este acusado se identificó meses antes del crimen con documentación falsa ante los guardias civiles que lo identificaron y multaron por una infracción de tráfico en la A-92.

45 minutos de libertad

Tras su detención en Barcelona, los sospechosos ingresaron en prisión por orden de un juzgado de la Ciudad Condal, pero poco después fueron puestos en libertad momentáneamente tras una decisión judicial que a punto estuvo de suponer la fuga de uno de ellos. Los magistrados de la Sección 5 de la Audiencia Provincial barcelonesa anularon el auto de prisión que había dictado una jueza tras estimar parcialmente el recurso de apelación de la defensa de los sospechosos, que alegaron sufrir indefensión al no ser informados debidamente de los hechos por los que privaban de libertad a sus representados. Esa decisión obligó al juzgado de Marbella que instruía la causa a liberar inmediatamente a los sospechosos de las prisiones barcelonesas en las que habían ingresado, pero con la condición de presentarse 45 minutos más tarde en los juzgados de sus demarcaciones, Granollers y Martorell. Durante ese tiempo se alzó el secreto de sumario para que las defensas accedieran a los datos de la investigación que atribuye a sus representados el asesinato del montenegrino.

En el caso de Granollers, el investigado se presentó a su hora y el instructor volvió a ordenar su ingreso en prisión, como solicitaron la Fiscalía y la acusación particular. En Martorell, sin embargo, el sospechoso se presentó en el juzgado, pero se le perdió la pista justo cuando su abogada llegó para asistirle en la vista. El instructor lanzó una orden de detención que culminó poco después al ser interceptado en carretera.