Tribunales

Asesinato en Marbella: piden 38 y 35 años de cárcel a los acusados de acribillar a Milos Perunicic

La Fiscalía relata que usaron un arma de guerra para ejecutar al montenegrino, que recibió una docena de impactos de bala cuando cruzaba un paso de peatones de la calle Arturo Rubinstein. El crimen ocurrió el 2 de junio de 2020 a plena luz del día

Dos policías locales de Marbella flanquean el cuerpo de la víctima.

Dos policías locales de Marbella flanquean el cuerpo de la víctima. / L.O.

La Fiscalía de Marbella pide penas de 38 y 35 años de prisión, respectivamente, para los dos acusados de asesinar a Milos Perunicic, el ciudadano montenegrino que fue acribillado en el Centro de Marbella a plena luz del día hace ahora casi tres años y medio. En su escrito de acusación, el fiscal solicita para ambos 25 años por un delito de asesinato consumado y otros 10 años por depósito de armas de guerra, mientras que uno de ellos se enfrenta a tres más por un delito continuado de falsedad documental durante su estancia en España. La víctima recibió una docena de impactos de bala, los cuatro primeros por la espalda, en un ajuste de cuentas que la investigación de la Policía Nacional achacó al conflicto que un grupo serbio y otro montenegrino iniciaron en 2014 tras la pérdida de un cargamento de cocaína. Fuentes judiciales aseguran que el asunto está ya en la Oficina del Jurado pendiente de que se ponga fecha al juicio.

Los hechos ocurrieron sobre las 13.00 horas del 2 de junio de 2020. En sus conclusiones provisionales, el ministerio fiscal relata que los acusados, «puestos de acuerdo y a cambio de remuneración económica», llegaron a esa hora a las inmediaciones de la calle Arturo Rubinstein en una Suzuki Burgam con el propósito de acabar con la vida de la víctima. Sobre las 13.50 horas, uno de los investigados se quedó en la moto a la altura de la calle Camilo José Cela ocultando su aspecto con una gorra y una mascarilla, mientras su compañero, también con una gorra, acechó a su objetivo cuando cruzaba el paso de peatones que hay a la altura del edificio Gran Marbella. Allí le disparó cuatro veces por la espalda en el tórax posterior. Esta versión añade que, ya con la víctima en el suelo, el pistolero lo alcanzó otras ocho veces: cuatro en el tórax anterior; una en la parte posterior de la cabeza; otra en la boca; en la zona de la axila izquierda; y en los brazos. A continuación, los acusados huyeron en la moto. El fiscal detalla que los investigados utilizaron una pistola de la marca Grand Power modificada para disparar de forma automática, por lo que se considera un arma de guerra prohibida conforme al Reglamento de Armas.

La investigación de la Policía Nacional culminó con la detención de los dos sospechosos en Barcelona e incluyó un registro en la vivienda de Estepona que los sospechosos utilizaron antes y después del crimen. Entre otros efectos, los agentes encontraron en el inmueble un permiso de conducir, una carta de identidad y un pasaporte croatas con las fotos de uno de los acusados, pero con un nombre que no coincidía ni con el suyo real ni con el alias con el que alquiló el inmueble de Estepona y un coche. El fiscal también detalla que, meses antes del crimen, este acusado se identificó con documentación falsa ante los guardias civiles que lo identificaron y multaron por una infracción de tráfico en la A-92.

Una libertad de 45 minutos

Tras su detención en Barcelona, los sospechosos ingresaron en prisión por orden de un juzgado de la Ciudad Condal, pero poco después fueron puestos en libertad momentáneamente tras una decisión judicial que a punto estuvo de suponer la fuga de uno de ellos. Los magistrados de la Sección 5 de la Audiencia Provincial barcelonesa anularon el auto de prisión que había dictado una jueza tras estimar parcialmente el recurso de apelación de la defensa de los sospechosos, que alegaron sufrir indefensión al no ser informados debidamente de los hechos por los que privaban de libertad a sus representados. Esa decisión obligó al juzgado de Marbella que instruía la causa a liberar inmediatamente a los sospechosos de las prisiones barcelonesas en las que habían ingresado, pero con la condición de presentarse 45 minutos más tarde en los juzgados de sus demarcaciones, Granollers y Martorell. Durante ese tiempo se alzó el secreto de sumario para que las defensas accedieran a los datos de la investigación que atribuye a sus representados el asesinato del montenegrino. En el caso de Granollers, el investigado se presentó a su hora y el instructor volvió a ordenar su ingreso en prisión, como solicitaron la Fiscalía y la acusación particular. En Martorell, sin embargo, el sospechoso se presentó en el juzgado, pero se le perdió la pista justo cuando su abogada llegó para asistirle en la vista. El instructor lanzó una orden de detención que culminó poco después al ser interceptado en carretera.

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