El Málaga CF confirmó su absoluta debacle en Liga el pasado sábado ante el FC Barcelona, donde firmó una nueva derrota y ya son tres meses sin saber lo que es ganar. Es cierto que el descenso quizás no se certificó contra el conjunto azulgrana, líder indiscutible de Primera y contra el que perder era lo normal.

Y es que, desde el pasado 10 de diciembre en Anoeta, el Málaga no suma de tres en tres. Fue todavía con Míchel en el banquillo y el Málaga se vino de tierras vascas con un 0-2 en el zurrón que invitaba al optimismo.

Pero solo fue un espejismo. Desde entonces, en 13 partidos disputados, el equipo solo ha conseguido dos puntos. No sabe lo que es ganar en 2018 y suma siete derrotas consecutivas con José González al frente.

Unos números penosos que no habían desterrado al Málaga hasta ahora debido al paupérrimo bagaje de sus rivales más directos en la lucha por la permanencia. Y es que, hasta hace dos jornadas, pese a seguir sin ganar, el Málaga aguantaba a siete puntos del objetivo. Pero lo cierto es que en los últimos partidos los rivales han ido sumando y sobre todo, el triunfo del Levante ante el Getafe el pasado sábado, han despertado casi totalmente al malaguismo del sueño de mantener la categoría.

Quedan 10 partidos de aquí al final de temporada. 30 puntos por jugar de los que el Málaga debería ganar casi todos para tener opciones. Una auténtica quimera después de que en 28 partidos solo haya salido victorioso en tres y todos ellos con Míchel al frente.

De hecho, José González, la apuesta de Mario Husillos como sustituto del técnico madrileño, no ha mejorado las prestaciones del equipo y de momento sigue al frente del mismo debido a que en el club no creen que la situación sea reconducible por ningún otro entrenador a estas alturas.