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La amenaza de recortes drásticos vuelve al Málaga CF tres años después

En caso de consumarse el descenso a Primera RFEF, el club de Martiricos se vería obligado a una profunda reestructuración para adaptarse a su realidad fuera del fútbol profesional - José María Muñoz ya tuvo que aplicar un ERE en el verano de 2020

José María Muñoz, en primer plano, en la presentación de Sergio Pellicer.

José María Muñoz, en primer plano, en la presentación de Sergio Pellicer. / Álex Zea

Manuel García

Manuel García

El Málaga CF está a un paso de tener que hacer una nueva reforma integral en su casa. Y no precisamente de La Rosaleda, que esa ya se abordará si la ciudad finalmente se convierte en sede del Mundial 2030, si no de serios ajustes económicos en prácticamente todas las parcelas del club. En el verano de 2020, en una situación económica agónica, el administrador judicial ya tuvo que aplicar un ERE a los trabajadores del club y semanas más tarde otro a la plantilla, y ahora, tres años después, si se confirma el descenso a Primera RFEF, se verá obligado a tomar medidas muy dolorosas para ajustar la entidad a su nueva realidad deportiva y financiera.

José María Muñoz siempre ha dicho que el escenario de un posible descenso lo tiene contemplado desde su llegada al club. Un plan trazado que estaba guardado en un cajón y que ahora tiene toda la pinta que va a tener que activar. El conjunto blanquiazul está a 8 puntos de la permanencia a falta de tres jornadas, por lo que necesita más que un milagro para evitar desaparecer del fútbol profesional tras 25 años.

Caída de ingresos

Un descenso a la tercera categoría del fútbol nacional conllevaría una reducción notable del presupuesto, provocada en mayor parte por la caída de los ingresos por derechos de TV. Si en la temporada 2021-22, el Málaga ingresó 7,44 millones de euros por este concepto, en Primera RFEF tendría garantizados solo unos 200.000-300.00 euros. A eso hay que sumar la bajada de facturación por otros motivos como los patrocinios o la venta de abonos y entradas.

Esta enorme caída del presupuesto obligaría a los dirigentes de Martiricos a aplicar una política de recortes en todas las áreas para cuadrar las cuentas y adaptar el club de Martiricos a su realidad en Primera RFEF

Plantilla

La mayoría de la plantilla abandonaría el barco tras el descenso. En el verano de 2020 fue necesario aplicar un ERE revolucionario en el fútbol a la plantilla para poder deshacerse de los sueldos más altos y poder mantener el club a flote. En esta ocasión no sería necesario llegar a tal extremo, porque la mayoría del plantel quedaría libre y otros intentarían buscar acomodo en otro lugar en Segunda División. 

El nuevo director deportivo, todavía no anunciado por el club, tendría el reto de conformar una plantilla que compita y pelee por regresar al fútbol profesional prácticamente desde cero. De lo que hay ahora mismo en nómina, tan solo quedarían canteranos y algún que otro jugador con ficha profesional que decida quedarse, siempre y cuando ajuste su salario a la categoría.

Club

Los movimientos más dolorosos llegarían a nivel del club. Al igual que tuvo que adaptar la dimensión de la entidad tras caer de Primera a Segunda, ahora debería hacer lo propio si termina cayendo a la tercera división nacional. Y esto afectaría a currantes que están en el día a día con el primer equipo, a miembros de la cantera y a trabajadores, en definitiva, de prácticamente todas las áreas del club. Y aquí no hablamos de personas con contratos de futbolistas o directivos, sino trabajadores de a pie.

El momento que nadie quería afrontar, ni dentro ni fuera del club, está a punto de convertirse en realidad. Aún queda una mínima posibilidad matemática de poder lograr la salvación, pero lo más probable es que el fatídico descenso a Primera RFEF se haga efectivo en las próximas semanas. Y eso traería consigo una nueva, profunda y dolorosa reestructuración al club de Martiricos.