Estas mismas fuentes han indicado que los legionarios afectados se encuentran desde entonces con su correspondiente tratamiento y fuera de servicio, a excepción de uno de los casos, al considerarse por parte de los sanitarios que no existe ningún tipo de riesgo de contagio en este caso.

La alarma saltó en el cuartel cuando se creyó que varios legionarios más podrían haber sido contagiados en los últimos meses, hasta completar la cifra de nueve, aunque los resultados de las pruebas practicadas han resultado negativos. De hecho, las fuentes consultadas indican que en estos momentos la situación en las instalaciones es de "calma", habiéndose descartado medidas extremas como la de ordenar una cuarentena.

Esta situación de "calma" se habría producido tras conocer los datos de las pruebas practicadas a unos 150 efectivos en el hospital militar de San Fernando, sin que ninguno de ellos haya dado resultados positivos. Únicamente, uno de los casos permanece a la esperar de más pruebas, al tenerse que determinar si sufre una neumonía.

En cuanto a los casos detectados, el primero de ellos se habría producido en el mes de junio de 2008, un segundo en julio, y los dos restantes en meses posteriores. Al parecer, algunos de los afectados podrían ser integrantes de la banda de música de la Legión, por lo que una de las hipótesis que se estaría barajando es que se pudiese haber contagiado con la utilización de los instrumentos musicales.