4, 12, 14, 40, 41 y 44. Es la combinación de la Primitiva del pasado jueves que ha convertido en millonario al pueblo de Almargen, donde el Gordo de la Navidad este año ha llegado por adelantado. Nada más y nada menos que 5,3 millones de euros han recaído íntegramente en esta pequeña localidad malagueña, una cantidad que será repartida entre 16 familias, integradas en su mayor parte por trabajadores mileuristas y desempleados.

«Hoy va a recoger aceitunas el vecino de enfrente, porque yo no», aclamaba Antonio Galuán, uno de los agraciados con más de 333.875,40 euros que le permitirán tapar «agujeros» y sobrellevar estos momentos de crisis con más facilidades. Al lado Juan Romero, otro de los vecinos agraciados, festejaba con su señora la buena nueva que ha llegado a la familia. «Diez millones de las antiguas pesetas voy a dejar a cada una de mis cuatro hijas, recién casadas. Al fin una buena noticia», exclamaba Romero.

En la plaza del pueblo todo era alboroto. Desde bien temprano los responsables de distintos bancos han buscado en el mapa de la provincia donde se sitúa este pequeño pueblo de 2.100 habitantes para «captar» nuevos clientes, en esto caso millonarios.

Cuatro semanas llevaba un pequeño grupo de amigos reunidos en torno a la Peña El Matagallar repitiendo la combinación que al final ha resultado ganadora. La fe de que estos números serían «benditos» la tenía Antonio Morón, más conocido en el pueblo como El California. «Cuarenta años llevo echando esta combinación, desde que me fui a Alemania, y al fin he estado en lo cierto. Mucha paciencia me ha supuesto», detallaba este vecino, ya jubilado, quien ayer era felicitado por sus convecinos a cada paso que daba por las calles de su barriada.

En este pueblo, donde todos se conocen con nombres, apellidos y mote, el anonimato que en ocasiones buscan algunos agraciados era complicado. Entre los beneficiarios hay cinco empleados municipales: un jardinero, un oficial de obra y tres policías, además de varios vecinos que se dedican a cultivar el campo, a la ganadería, a la construcción o ya están jubilados. «A mi marido dice que le ha tocado a él, que a mí no, pero bueno, seguro que luego hace bien en la casa», bromeaba María Romero, mientras cogía del plato una loncha de jamón, en esta ocasión jamón del bueno.

Ayer todos tenían claro que hacer con tanto dinero. «Pagar la hipoteca, ¿le parece poco?», continuaba la joven María del Carmen Cruces junto a su marido Andrés Capitán. Otros se conformaban con tener amor... «A punto estuve de entrar en la apuesta y me quedé fuera porque ya eran muchos. Otra vez será», lamentaba Francisco David García.