Menudo lío le ha organizado Francisco Camps a Mariano Rajoy. El presidente valenciano, harto de que su partido no le dé el espaldarazo definitivo nombrándole candidato en los próximos comicios, ha decidido que sean sus compañeros del País Valenciano quienes le proclamen y se lo den hecho a Rajoy. O sea, todo un torpedo en la línea de flotación de Mariano Rajoy, al que Camps se le ha terminado yendo de las manos.

Cuentan desde el PP que nunca han pretendido dejar en el vacío a Camps, que el compromiso es que pase lo que pase continúe siendo aforado, pero que otra cosa es proclamarle como candidato antes de saber qué va a pasar en los tribunales.

El caso es que Camps se ha convertido en una patata caliente para el PP, y que los populares valencianos han lanzado un órdago a Mariano Rajoy y a María Dolores Cospedal, que unas horas antes de la proclamación aseguraba que no había fecha para la misma.

También cuentan en los aledaños del PP que si bien al principio creían total y absolutamente en la inocencia de Camps, ahora empiezan a cundir algunas dudas que van más allá de ese cohecho impropio del que le acusan a cuenta de los trajes supuestamente regalados.

Camps le resta credibilidad a Mariano Rajoy ante la opinión pública, por más que las encuestas auguren un triunfo al presidente valenciano. Y ese es el dilema que Mariano Rajoy tiene que resolver, si tirar hacia adelante con Francisco Camps o ir soltando lastre.

Oficialmente, el PP continúa defendiendo a Camps, y para ello no dudan en cuestionar a la Justicia arremetiendo contra jueces y fiscales. Acusaciones irresponsables porque a la postre lo que hacen es cuestionar el Estado de Derecho.

Lo que está claro es que Camps está dispuesto no sólo a continuar en el cargo, sino también a ser candidato imponiéndose a lo que pueda pensar Mariano Rajoy y el resto de los dirigentes de Génova 13. Es decir, no se va a dejar apartar por mal que le pueda venir a Rajoy y a su partido.

El presidente valenciano es como esos náufragos que se agarran al cuello del que sabe nadar y en su desesperación terminan ahogando a su pretendido salvador. Ya digo que puede que Camps gane las elecciones, y que el PP las gane en el resto de España, pero eso sí, lecciones éticas no van a poder dar. Tampoco de estética.