Comienza la semana desamparada por la sombra alargada del término recesión, que la directora del FMI, la señora Lagarde, volvió a acuñar el domingo bajo la advertencia de «inminente». Ante tanta coyuntura crítica, que no nos deja respirar y agudiza el sentimiento de zozobra en el que navegamos, el malagueño vive esta semana pronunciando el nombre de su Santa Patrona: Victoria.

Y ante estos momentos de pesadumbre, los ciudadanos aplican la máxima consabida: la necesidad alienta la creatividad. La iniciativa de Moclinejo de transformarse en el primer «pueblo gay» del planeta como plataforma para su desarrollo turístico, ya tiene seguidores. Los empresarios, comerciantes, profesionales y artistas de Frigiliana quieren ampliar «La Ruta del Sol y del vino de la Axarquía» y constituirse en centro organizador de bodas de lujo gays –el próximo viernes se celebra el cuarto enlace– captando a este segmento nacional e internacional a favor de potenciar la imagen y el crecimiento económico del municipio. Así, «La luz de Andalucía», lema que ostenta la villa, se irá trocando, si progresa el proyecto, en el arcoíris de la región.

Si todas estas ideas para el desarrollo local de los concejos de nuestra provincia pueden tener sentido –proyección práctica– para fomentar el progreso económico de estas entidades, permítanme que mire hacia Teba, población que ha conseguido conjugar su historia para lograr su trascendencia cosmopolita. El pasado fin de semana se celebraron en esta localidad las «Jornadas Escocesas», que conmemoran al héroe escocés Sir James Douglas, quien murió en la batalla de liberación del Castillo de la Estrella ante las tropas musulmanas. Un claro ejemplo de potenciar nuestra identidad histórica como vía para el desarrollo futuro. Decía el historiador ateniense Tucídides que la historia es un incesante volver a empezar. Convirtámosla en nuestro reto.