Javier Arenas aún no es el presidente andaluz pero su victoria de ayer lo convierte en el indiscutible ganador. Por primera vez, el PP ha ganado las elecciones generales en Andalucía, lo que permite a Arenas soñar despierto a partir de hoy con que a la cuarta vaya la vencida. La macrovictoria del PP anticipa lo que podría ser un cambio histórico en Andalucía dentro de sólo unos meses. Los resultados conseguidos por el presidente del PP andaluz, con 33 escaños frente a los 25 del PSOE de José Antonio Griñán, son los mejores del partido en toda su trayectoria en la comunidad autónoma. Con la debacle de ayer, Andalucía es el último bastión de los socialistas, una isla roja en un océano más azul que nunca. Pero puede ser por poco tiempo, ya que es más que probable que en marzo el islote andaluz cambie también de color.

Los datos de las generales no sólo confirman que Arenas por fin hará honor a su sobrenombre de campeón, sino que indican que el liderazgo de Griñán no ha cuajado después de tres años al frente de la Junta. Heredó el poder de manos de un Manuel Chaves que parecía omnipotente y que un año antes había logrado su sexto mandato con mayoría absoluta. Tras su marcha a Madrid con Zapatero, Griñán se ha enfrentado a mil y una crisis que no han ayudado a que su presidencia se asentara. Tras fulminar al entorno de Chaves, creó un gobierno de tecnócratas con bajo perfil político, alterando un ejecutivo que apenas se había estrenado. La crisis económica y el escándalo de los ERE han hecho el resto. El descontento nacional por la gestión de la crisis que ha realizado el gobierno del PSOE no es menor en Andalucía, con cerca de un millón de parados. La ecuación no podía tener otro resultado.

Sólo Sevilla ha aguantado el envite popular. Alfonso Guerra lo ha dado todo en la campaña y el popular Cristóbal Montoro no ha podido con él. En el resto de provincias, el resultado ha sido claro aunque más destacado a favor del PP en Almería, Málaga y Cádiz.

Como las malas lenguas dicen que ha hecho Rajoy, Arenas no tiene ya más que sentarse a esperar que la fruta madure y caiga del árbol. A no ser que lo que haga el nuevo presidente del Gobierno en los próximos tres meses indigne tanto a los ciudadanos como para invertir la situación...