El Grupo Unicaja presentó el pasado lunes un informe sobre las previsiones económicas para nuestra comunidad autónoma elaborado por su entidad de estudios, Analistas Económicos de Andalucía. Francisco García Navas, consejero delegado de dicha entidad y Felisa Becerra, coordinadora del informe, fueron los encargados de explicarnos el significado de las rayitas de colores y nos dejaron un titular que tiene que ver con la previsión de un aumento del desempleo en nuestra Comunidad, hasta alcanzar el 34,1 por ciento para este año -frente al 25 por ciento de la media nacional-, y el 35,5 en 2013. En cuanto al Producto Interior Bruto, no salimos mejor parados. Caerá un 1,9% en 2012 y un 1,6% en el próximo 2013. La mejor noticia, no siendo buena, es que prevén que el PIB malagueño sufra una recesión menos significativa que la andaluza durante este año 2012, dejándolo en un punto negativo, debido, según dicen, a que el turismo, dentro del sector servicios, es el segmento que muestra mejor comportamiento, sobre todo gracias a la fortaleza del turismo extranjero en nuestra Costa, que ha compensando la bajada de turistas nacionales. Y abro paréntesis.

Este retoque esperanzador a los números deprimentes que nos atosigan me suena al mensaje que lanzó el ministro de Economía, De Guindos, también el lunes pasado, asegurando que a partir de los datos de que disponía se podía ver una estabilización de la economía y no «un deterioro adicional importante», en referencia a que el PIB seguiría cayendo a un ritmo del 0,3 por ciento trimestral -como viene ocurriendo desde que nos va mal-, pero no más deprisa. Algo debió de ocurrir el fin de semana para que de repente, algunos economistas, vean estabilidad o esperanza donde antes presagiaban el desastre. Y yo creo que la culpa de todo esto la va a tener el austriaco Baumgartner, que nos ha dejado aturdidos por la velocidad que alcanzó en su caída libre, y nos convenció de que en comparativa, lo que le pasa a Europa podría ser aún peor, porque si no, no lo entiendo.

Volviendo al informe andaluz de Unicaja y a la parte de sus peores augurios, Francisco García Navas y Felisa Becerra pronosticaron que a finales de año el consumo privado se habrá retraído en la región un 1,9 por ciento, más acusado aún para la inversión (7,9) o el gasto en consumo de las administraciones públicas (5,5) y recordaron, además, que 2013 será el sexto año consecutivo en el que se producirá destrucción de empleo, multiplicándose por seis el número de parados, respecto a 2006 -¡tres seis! y no sigo por ahí porque me dejó muy marcado la película del Exorcista-.

Después de estos vaticinios tan científicos y oscuros, me pregunto si serán inevitables o si alguien puede salvarnos. ¿Quizá desde la Diputación? Su presidente, Elías Bendodo, y el responsable de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), Javier González de Lara, firmaron ayer un acuerdo de colaboración en favor del desarrollo empresarial y el fomento del empleo en la provincia de Málaga. Unidos frente al sino, podría llamarse. Sin los sindicatos porque no respondieron a una carta-convocatoria. Ojalá funcione. Ahora bien, según un estudio realizado por la consultora Axesor sobre la ratio de emprendimiento en España, lo que necesita Málaga no son más emprendedores sino mejores. De hecho, Málaga es la segunda provincia de España con más emprendedores por cada 10.000 habitantes, con una media de 19,6, por detrás de Madrid, que tiene 21,3, y por delante de Barcelona, con 17,8. La segunda con más emprendedores y la sexta con mayor tasa de desempleo, que todo hay que decirlo.

No sé yo si la CEM€ No sé yo si Diputación€ No sé yo si la predestinación absoluta€