Apagas el televisor porque no soportas los aplausos de la bancada popular al líder popular y los de la bancada socialista al líder socialista (cada vez menos líderes ambos, a propósito). No entiendes, aunque te llamen idiota tus amigos cuando lo comentas, que no puedan darse aplausos espontáneos a intervenciones posiblemente vibrantes de otro líder que no sea el «nuestro», ni que el nuestro siempre merezca un aplauso tras su intervención. Del grupo a la manada.

Tengan cuidado ahí fuera, decía el capitán Furilo en una vieja serie policial, Canción triste de Hill Street. Y habría que decírselo a sus señorías porque ahí fuera, según el último sondeo del CIS de abril de 2013, de los pocos que aún siguen con interés una sesión parlamentaria, casi ninguno soporta ya sus aplausos gregarios. Los españoles consultados no confían ni en Rajoy, su presidente, ni en Rubalcaba, el portavoz del PSOE líder de la oposición aún mayoritaria. Sobre 10 les otorgan un 2,44 y un 3 respectivamente. Del Gobierno no aprueba ningún ministro y la media de valoración no supera el 2,5. Sorprendentemente cuando contestan a la pregunta 15: Cómo calificaría la política de la oposición socialista, quienes la califican como «Buena» y «Muy buena» sólo suman un 5,4%, mientras que los que lo hacen como «Mala» y «Muy Mala» suman el 71,1%, y el 22,7% la califica de «Regular».

Otra serie de televisión, Expediente X, terminaba los créditos de inicio de cada episodio con la célebre melodía de Mark Snow que tienen en la cabeza con la frase «La verdad está ahí fuera». Esa verdad dice, según el Centro de Investigaciones Sociológicas en su estudio 2.984, que los españoles no aprueban hoy las instituciones de las que se dotaron democráticamente cuando dejaron atrás la dictadura, Transición mediante. Interesante es que preguntados sobre el grado de confianza que les merecen de 0 a 10 los sindicatos respondan que ¡sólo un 2,45! Las organizaciones empresariales, un 2,87. Atención hasta dónde ha llegado una sociedad tan golpeada, una sociedad que identifica el paro y la situación económica como su mayor problema en el sondeo seguido de los políticos y la corrupción, a tener esa sensación quizá de soledad respecto a los sindicatos; toda, no sólo los 6.202.000 parados que, según la EPA, llegarán a ser más.

A pesar de la llamada al pacto que no era difícil vislumbrar en el discurso de la Reina ayer en el día de la Cruz Roja en Málaga: «Es necesaria una acción coordinada y compartida por todos los sectores» para atender las necesidades más urgentes, y la no imputación de la infanta, la Monarquía ya no supera el 3,68. Sólo las Fuerzas Armadas, la Policía y la Guardia Civil llegan al 5. Y lo preocupante es que quienes defienden una y otra vez la política frente a la desafección de los ciudadanos para salvaguardar la democracia son los políticos a quienes esos mismos ciudadanos suspenden mayoritariamente. CIS.