Una vez concluida la conferencia de prensa del pasado jueves en Silverstone, Jorge Lorenzo quedó relegado a un segundo término ante la atención que todos los medios acreditados en el Mundial le hacían a Marc Márquez y, también sí, a Dani Pedrosa, los dos pilotos de Honda que lideran el campeonato. Una vez acabamos de charlar con ellos, el campeonísimo mallorquín, que llevaba un ratito esperándonos a todos sentado en la silla tras la mesa de conferencia del viejo trazado, se dirigió, cariñosamente, a nosotros y nos dijo: ¿Queréis algo del hermano pequeño?».

Era, sin duda, una graciosa de considerarse un simpático segundón, cuando todos nosotros y el mundo, sí, todo el mundo, le considera el gran campeón en activo. Bicampeón, incluso, pues ningún español ha sido capaz de ganar dos títulos grandes de MotoGP. Y, sí, charlamos largo y tendido con el gladiador español, que nos contó la necesidad de ganar el domingo para que Márquez y el título no se le escapase del todo.

Y lo hizo a lo grande, como sólo él sabe hacerlo. Lo hizo, cierto, aprovechando que Márquez se dislocó el hombro izquierdo una hora antes en el entrenamiento previo a la carrera cuando rodó por el asfalto a más de 150 kilómetros por hora.

Corrió también, pero esta vez en ambulancia, a la clínica móvil de Silverstone y al grito desesperado de «¿dónde está el doctor que mete los hombros en su sitio?», pidió que se lo pusieran de nuevo en el lugar de origen. Alguna infiltración, mucho esparadrapo y a correr. A correr mucho. Y hasta la última vuelta.

Y, en esa última vuelta, cómo no, Lorenzo y Márquez, los más grandes de la parrilla, peleando por la victoria. Los únicos «magníficos» que se mantienen en la cima. Valentino Rossi intenta recuperar el tiempo perdido, pero ya llega tarde. Y Dani Pedrosa se pasa el día en el «balcón», viendo cómo corren Lorenzo y Márquez.

Y llegada la última vuelta Márquez le hace un interior a Lorenzo y, cuando parece que va a ganar, de nuevo, el rookie de la historia, a Marc se le escapa la Honda, le patina «como si estuviese sobre hielo» de las dos ruedas y se abre, se abre, se abre en una curva larga de derechas y se teme lo peor. «Si echo mano de los frenos, me caigo», comenta el de Cervera. «Y pienso se va a meter, se va a meter». Y Lorenzo se mete. «Vi el hueco y pensé ahora o nunca, Jorge». Fue un adelantamiento agresivo, sí, pero limpio».

Y ganó Jorge. Y animó el Mundial. Y todos, esta vez sí, fuimos a por él en la misma vieja sala de prensa del circuito inglés de Silverstone. Y esta vez fue Márquez quien tuvo que esperar. A Pedrosa, nadie le hizo caso. Y eso que va segundo en la clasificación del Mundial de MotoGP.