Querido Luis: Aunque sabes que dejé de escribir, no podía pasar la oportunidad de despedirme de ti como hice con tus compañeros. Esta despedida es especial, porque tú no nos dejas para seguir creciendo como jugador de baloncesto y triunfar en la ACB. Tú nos dejas para triunfar en la medicina. Porque algo yo tenía claro desde que te conocí aquel año que compartimos vestuario por primera vez en el equipo cadete. No sabía en qué faceta, si en el baloncesto o en otro campo de la vida, pero tú ibas a triunfar.
Esta decisión que acabas de tomar es seguro la más importante que has tomado hasta ahora en tu vida. Pero tranquilo que te van a venir otras muchas incluso más importantes y ten claro que yo voy a seguir cerca de ti viéndote crecer como ese hombre que estás demostrando ser, que se ganó todo mi respeto y que tiene todo mi cariño desde que era un enclenque con braques en la boca y unas piernecitas que parecían de alambre con las que parecía imposible que pudieras defender.
Y es que te he visto crecer, dejar de ser un niño y convertirte en un hombre. Y ha sido un placer si en algo he podido ayudar en tu formación porque seguro que tú me has ayudado a formarme a mí también y ha sido un lujo que podamos haber crecido juntos. Los dos tenemos claro que esto que has decidido lo llevas rumiando toda la temporada; igual que sabes que yo no entiendo este equipo sin ti y que te hubiese ayudado más si cabe de lo que lo he hecho todos estos años para que compaginaras tus dos grandes pasiones, el baloncesto y los estudios. Pero respeto enormemente esta decisión de hombre que has tomado y te apoyaría al 100% cualquiera que fuera tu decisión.
Hemos pasado mucho juntos y todo lo que hemos compartido ha sido grande. Hemos compartido vestuario en equipos buenísimos y en otros no tan buenos, pero siempre hemos cumplido nuestros objetivos deportivos y de formación, creciendo juntos y esto es algo de lo que me siento muy orgulloso. Atrás quedan campeonatos de Andalucía y de España, play off de LEB Plata y Oro, muchos abrazos cuando habíamos conseguido una victoria, pero también cuando nos llegaba una derrota dura. ¿Te acuerdas de aquel Campeonato de España en Cáceres? Allí estabas con Tuti, Pepe, Malick, Verdejo, Rubén, Pinazo, Dani o Rafa Freire€¡Qué gran equipo aquel Unicaja Cadete del 92! ¡Qué grandes Nico, Campos, David, Ortega y Quinti también! O cuando logramos la clasificación para el campeonato de España en aquel intersector en Badajoz€ Qué mal lo pasamos aquel año por aquellas circunstancias pero como lo superamos todo. ¡Qué recuerdos! Y siempre juntos tío, tú y yo juntos.
Es una pena para el baloncesto que dejes de jugar porque creo firmemente que defensivamente tienes nivel ACB y que cada vez conoces mejor el juego. Eres muy joven y todavía podías dar un salto hacia delante si se creyera en ti ciegamente, tú el primero, y no debemos olvidar que tú eres malagueño, y eso tiene un valor doble o triple, al menos para mí. Pero es que además eres un icono para todos esos chicos que entrenan horas y horas en Los Guindos que han visto en ti el ejemplo de que es posible jugar al máximo nivel y estudiar con brillantez, que querer es poder y que con organización todo se puede llevar a cabo.
No puedo dejar pasar la oportunidad de darte las gracias por haber crecido contigo. Gracias por hacerme reír tantas veces con tus preguntas y tus tonterías, gracias por corregirme tantas veces levantando la mano como si estuviéramos en clase cuando me equivocaba, gracias por jugar para mí tantos partidos y tantos campeonatos y gracias por creer en mí como entrenador.
Ahora, en esta nueva temporada, jugaremos con ventaja, porque el Clínicas disputará los partidos de casa con 13 jugadores, puesto que sé que tú estarás detrás de mi banquillo para darme un beso antes de empezar el partido y sufrirás y disfrutarás conmigo porque éste es tu equipo y lo va a ser siempre.
Esto no es un adiós porque voy a seguir disfrutando de ti, y te veré triunfar en la vida y disfrutaré de ello y me tendrás ahí para lo que quieras y cuando quieras. Te quiero, Luis.
Tu entrenador.
