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Tribuna

Google, un gigante bajo sospecha

Google no es un buscador. Es «el» buscador. El noventa por ciento del mercado europeo le pertenece. No hay competencia posible. Pero Google no se limita a esa línea de negocio sino que se ha metido en el sector de la telefonía móvil con el sistema operativo Android. Y vuelve a quedarse con la mayor parte de la tarta porque tampoco tiene competencia real. Ni siquiera la todopoderosa Apple se acerca a una cuota de mercado que supera el 80 por ciento, entre otras razones por la más sencilla de todas: el gran número de marcas que llevan incorporado Android. Llegados a este punto de ebullición, la Comisión Europea ha presentado un pliego de cargos contra Google con acusaciones formales por abuso de posición dominante y acuerdos anticompetitivos en lo que se refiere al buscador de servicios de compras y a su sistema operativo Android.

El campo de batalla está sembrado de dudas. ¿Se sirve Google de su plataforma de búsqueda y sus algoritmos para promocionar de manera injusta sus productos y anunciantes en las búsquedas? ¿Se está dañando el libre acceso a la información de los ciudadanos sin injerencias interesadas? ¿Se respeta sus derechos como consumidores y la libertad de empresa? En el caso de Android, el proceso de investigación intentará averiguar si Google impone a los fabricantes de terminales la preinstalación de sus servicios y aplicaciones frente a otras propuestas de la competencia, si además hay que preinstalar sí o sí la aplicación deseada y otras que vienen en el mismo paquete, y si se obstaculiza a aquellos fabricantes que pretendan lanzar versiones propias de Android modificadas a su conveniencia.

Ante estas cuestiones, el buscador de Mountain View ha respondido, entre otras cosas, que se puede usar Android sin Google, que sus acuerdos con fabricantes son parecidos a los de otros sistemas operativos móviles y que incluso terminales con Android llegan al consumidor con aplicaciones de Facebook o Microsoft. Y se cuelga la medalla de haber incentivado la innovación y competencia gracias a un sistema de código abierto, abaratando además los precios. Los críticos con Google, sin embargo, objetan que, en el día a día, no es un escenario real que los usuarios de Android se planteen dar de lado a Google, y por ende, todo el plan de aplicaciones que trae bajo el brazo, como Maps, la tienda Google Play, el almacenamiento online Drive o el correo GMail.

Seal cual fuere el resultado de las investigaciones, en las que está en juego una multa de hasta el 10 % de la facturación de Google en 2014 (5.661 millones de euros), la iniciativa de la Comisión tiene un componente novedoso en cuanto a regulación por parte de los gobiernos de los gigantes mundiales de la tecnología que dominan la red. Y se plantea, una vez más, una pugna de dimensiones mundiales y consecuencias imprevisibles: EEUU (Google) frente Europa.

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