Cada vez que aparecen decenas de artículos que tratan temas de una profesión concreta hago lo mismo. Me acerco a los amigos que la ejercen y les doy el pésame.

Si algo tiene malo internet es que cualquiera cree saber de cualquier cosa, ya no existen los expertos. Dos noticias sobre el grafeno y cuatro infografías y la gente se cree que es experto en nuevos materiales.

Hace no mucho un amigo ginecólogo me contaba como decenas de mujeres le explicaban a él, al médico, cómo debían parir, hora, anestesia sí o no, lugar, forma, etc. Una legión de expertas que iba a su consulta a diario.

Ahora les toca a los profesores, todos los padres se conocen al dedillo desde el método Piaget hasta los 8 o 9 tipos de inteligencia, pasando por la inteligencia emocional, vamos que ahora cualquiera te cita a Coleman sin pestañear. No entiendo muy bien por qué cualquiera cree que sabe perfectamente lo que el profesor debe hacer en el aula.

Pero esta tendencia solo hará crecer, cada vez creemos saber más de cualquier cosa que está de actualidad. Vaticanistas, expertos en catástrofes naturales, especialistas en política americana, genios de la informática porque se saben el catálogo del Mediamarkt.

Estamos en la era en la que la seguridad en saber de todo es creciente mientras cada vez somos más expertos en nada.

El problema es que al final llegaremos a cualquier profesional como cuando ahora llegas al banco que te enseñan 15 papeles y tú tienes que elegir, ya nadie quiere asumir la responsabilidad de ser experto en nada mientras todos sabemos de todo.