Iba el otro día a Cuevas Bajas y al comentarlo en casa me dijeron: «Traete zanahoria morá». Yo, que soy de croquetas y jamón, no sabía que existían zanahorias moradas. Pues sí, igual que hay ajos negros hay zanahorias moradas, y el próximo sábado se celebra en Cuevas Bajas la XII fiesta de la Zanahoria morá.

En los tiempos de internet, inmediatez y globalización no deja uno de sorprenderse de la potencia del sector agroalimentario malagueño y andaluz por extrapolación.

Desde la zanahoria morá, ya conocida, hasta los aguacates del líder Trops, pasando por el chivo malagueño o el aceite hojiblanca, hasta obradores de pan con El Salvador como gran baluarte del pan en Andalucía. Pero no sólo destaca el sector en productores sino también en formación e información.

El Instituto Internacional de San Telmo imparte el programa DEA de Dirección de Empresas Alimentarias, quizá uno de los mejores programas del sector que se realiza en Andalucía pero también se ha impartido en otras provincias de España. El sector también cuenta con grandes acciones de información y marketing como el que la Diputación de Málaga viene realizando con la marca Sabor a Málaga, un éxito y un acierto en notoriedad y cifras desde que se puso en marcha.

Seguramente queda mucho por hacer, crecimiento, internacionalización, investigación, pero el sector agroalimentario y sostenible de debe ser una apuesta sin duda en la provincia, compatible con el turismo, incluso con el que podría tener sinergias, y con el sector tecnológico con el que debería hablarse más.

Por cierto, prueben los higos secos bañados de chocolate de La Borgeña (El Borge), una delicia.