Acaba de finalizar la temporada de balonmano playa y los principales equipos ya llevan, al menos, una semana de entrenamientos en pista. Una dualidad de actividades apta para un grupo de intrépidos a los que la palabra vacaciones ha dejado de tener sentido en su vocabulario.

Me aventuro a descifrar los daños colaterales que originan este frenético camino; el estrés y la ansiedad por dejar correr un día de contemplación, sin horarios ni compromisos. Me parece capital descansar para rendir plenamente y quizás por eso ambas estructuras, pista y playa, deban caminar por sendas distintas. Llevará tiempo, pero no podemos solapar ni utilizar los mismos medios como si fuese material reciclado. Pasará factura.

Quizás por la experiencia de estos nueve años, quizás por la necesidad de llevar las cosas a una perspectiva que nos permita elaborar los contenidos a medio plazo, lo cierto es que buena parte del trabajo federativo está encarrilado.

Comenzaremos el ejercicio deportivo con el tradicional curso de monitor y árbitros, la preparación del Campeonato de selecciones provinciales y el clínic para los colegiados adscritos al Comité Técnico de Árbitros provincial (CTA).

Octubre, mes agitado por el inicio de las competiciones domésticas, nos aupará a un entramado de encuentros oficiales aderezado una vez al mes con el bálsamo que supone para todos la Liga Benjamín Diputación de Málaga. Llegarán los Juegos Deportivos Municipales en todas sus formas, Escuela de Tecnificación y otras acciones dirigidas a la consolidación y crecimiento de nuestro deporte en la provincia.

Tendremos también espacio para la formación de árbitros, potenciaremos las campañas para erradicar cualquier conducta antideportiva, velando por la educación y el respeto. Venimos trabajando por encontrar un espacio que nos permita dar cobertura al cerca de millar de seguidores, familiares y deportistas que quisieron estar en la Gala del Balonmano Malagueño. No lo olvidamos.

Faltan patrocinadores, empresas que quieran apostar por esto que hacemos con una ilusión desmedida, pero no por ello vamos a bajar el listón ni las marcas de lo que hemos logrado hasta la fecha. Volveremos a reinventarnos. Hemos vivido un verano singular. Triste por la renuncia de Los Olivos a participar en la segunda categoría, pero alegre por los acuerdos que Rincón Fertilidad y Málaga Norte han fijado para este año. Necesario. Obligado.

Fuengirola nos seguirá representado en la categoría de plata con nuevos bríos al igual que Los Dólmenes de Antequera, que recupera el sentido con un proyecto de cantera. Y para cerrar el cuadro de representantes nacionales tendremos al Gaes Málaga con el espíritu de aglutinar a buena parte de la cantera de la capital de la Costa del Sol.

Que no se nos olvide que la Málaga balonmanística ya es de Europa. Que vamos a disfrutar de una competición internacional por primera vez en la historia. Dejemos los personalismos a un lado y hagamos un balonmano más grande, congratulándonos de los éxitos de unos y otros.

La Federación Andaluza de Balonmano, su delegación territorial en Málaga, es de todos. Sus puertas están abiertas permanentemente. Hemos sido pioneros en muchas cosas, pero es necesaria la contribución de todos para implementar nuestro radio de acción. La aportación de ideas es vital para no caer en la monotonía. Hay recorrido, pero sin implicación no habrá grandes resultados. La base, la cantera, clama a gritos por más espacios, más puntos donde desarrollarse. La obsesión de un sueño permanente.