'Educar', por Gerardo Hernández Zorroza

Cuando se llega a grados altos de insatisfacción se suele dar la vuelta, para encontrar el camino de salida, no antes. No es descubrir la cuadratura del círculo que para promover nuevos estilos de vida la educación es asunto troncal, que habrá que recuperar del sometimiento a la competitividad. Hay que estimular a los chavales para hacerse preguntas y ayudarles a seguir luego su propio instinto, su guía interna, que no se centren como único referente en el control externo, en las cuestionables ‘notas’. Educar en la disciplina es fundamental, pero disfrutar y ser felices con lo que se hace, también. La educación en edades infantiles se debiera sacar de las aulas al medio natural, que los niños deben aprender a apreciar y cuidar, así como educar en la colaboración y el apoyo mutuo como guía pedagógica. La Escuela ha de liberarse de tanto controlito externo, que está demostrándose inútil y contraproducente, y enseñar, antes de nada, a ser buenas personas. Se necesitan para ello maestros vocacionales, y aprender de ellos. Maestros que habrá que cuidar, cuidar mucho.