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Sólo es política

Si no existiera la política habría que inventarla, como excitante. Si no existiera la política habría que inventarla, como sedante. ¿Pueden ser verdaderas dos afirmaciones de sentido tan contrario?. Por supuesto que sí, y esto también es política. El efecto excitante de la política nos saca del tedio de los días, sin necesidad de acudir a la crónica de sucesos, con frecuencia tan sanguinolenta. El efecto tranquilizante consiste en librarnos por un tiempo de otras angustias, incluida, nada menos, la existencial. Se trataría, por tanto, de una droga de muy amplio espectro (expresión que, por otra parte, nos pone en la pista de su principio activo fantasmal). Camino del trabajo, me cruzo a veces por la calle con gente maravillosa, enganchada desde temprano a los auriculares por los que le llega la dosis. Para evitar la dependencia conviene repetirse lo que dice el título de este billete.

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