Siempre se ha dicho que quien está gobernando tiene más posibilidades de seguir haciéndolo, y es así, hacer campaña electoral con el Boletín Oficial del Estado te da un plus sobre tus adversarios. Hay que hacer las cosas muy mal para perder desde Moncloa, porque no olvidemos que la alternancia no se produce porque quien está en la oposición gane, sino porque quien gobierna pierde.

Pedro Sánchez lo debe tener claro y no quiere perder. Su juego es asegurar ser el más votado y para ello, como buen alumno aventajado, ha echado mano del manual de Zapatero al que por cierto ha despojado de su título de peor presidente de la democracia. No era fácil alcanzar tal distinción pero Sánchez se lo ha currado.

Mentir, dar pábulo a independentistas y batasunos o seguir las directrices económicas del Iglesias, Echenique y compañía no está reñido con ser el favorito en las encuestas. Aunque parezca un misterio es fácil de discernir: el secreto está en el BOE.

Quien prometió limitar el uso del Decreto Ley ha descubierto que es el perfecto atajo para seguir durmiendo en Moncloa que es, al fin y al cabo, su único objetivo. Otros pudieron hacerlo pero quizás el pudor de llevar al Estado a la quiebra se lo impidieron. Zapatero llevó a España al abismo económico, pero no fue por electoralismo, sino por ignorancia.

Lo de Sánchez es peor, sabe lo que hace, conoce perfectamente las consecuencias de futuro para nuestra economía de las medidas que está tomando para mantenerse, Europa se lo recuerda constantemente, el presupuesto no cuadra, aumenta la deuda y la economía da signos de desaceleración y aún así cada viernes saca de su chistera un nuevo paquete de medidas que incrementa más el déficit público.

Es más que probable que le dé resultados a corto plazo, es lo que tiene gobernar como si no hubiera un mañana, pero la fiesta la pagaremos todos. Ahora a algunos les toca celebrar subida de pensiones, incremento de oferta pública de empleo o incremento del salario mínimo y a Sánchez le corresponde recoger los votos agradecidos de sus desmanes económicos, y así hasta agotar el ciclo. Es lo que tiene el socialismo, gobiernan mientras haya dinero, después ya vendrán otros que enmienden el desastre con medidas económicas tan impopulares como necesarias que le hagan perder elecciones. Este es el ciclo político, ahora toca fiesta.