Opinión | El palique

Cassá manda en Málaga

Juan Cassá, en la sede de La Opinión, en una imagen de archivo.

Juan Cassá, en la sede de La Opinión, en una imagen de archivo. / L. O.

Está haciendo, diseñando, más la ciudad de Málaga Juan Cassá que Francisco de la Torre. De la Torre quiere soterrar todo el eje litoral pero no tiene un duro para hacerlo. Cassá quiere que no haya oficinas en el puerto y ya lo ha conseguido. Lo que a uno podría costarle diez años de obras y 400 millones a Cassá le ha costado un minuto. Un no levantar la mano. Que no. Que voto en contra, dijo para sus adentros y para sus afueras el concejal tránsfuga, díscolo, ido de Ciudadanos y arrebujadito en la órbita del PP hasta ahora, que se ha enrolado en ‘Por mi Pueblo’, dudoso invento con mixturas de intereses y excrecencias varias que tiene como objetivo alcanzar escañito en la Diputación. Dos advertencias lleva ya Cassá para que se valore su papel desequilibrante. Primero, hace un mes, votó dando mayoría a la oposición de izquierdas, un asunto de Promálaga. Ahora, tumbando un proyecto del PP. El edil del ramo, Urbanismo, Raúl López, un hombre paciente hasta que pierde la paciencia, la ha perdido ya y brama contra Cassá prometiendo llevar el asunto a votación todas las veces que pueda. De hecho ordenó repetir la votación creyendo que había un error. El error es creer que Cassá es manejable. A lo mejor va Cassá un día y vota a favor, o se pone malo y no asiste o le dan lo que esté pidiendo y se aviene a razones. Cabe la posibilidad remota de que Juan Cassá tenga criterio y no le guste que haya oficinas en el Puerto. A lo mejor prefiere una base de submarinos, un monumento al poeta desconocido, una sidrería, un obeliscón en forma de pene o vaya usted a saber. Lo mismo los de las oficinas, los promotores, han de reunirse con Cassá. Quién sabe. Qué sabe nadie. Tanto rollo con la ‘esquina de oro’ que nos largaron y ahora es una vulgar esquina infrautilizada y cagaperruna. A lo mejor a Cassá lo tiene que llamar de nuevo a capítulo y negociación el que de verdad lo entiende. El que lo sentó la otra vez y le dijo, oye tú qué es lo que quieres. Cassá y la izquierda suman más que el PP y algún dirigente socialista está mojando la cama solo de pensar en una moción de censura. O en oficinas.