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La palabra Busutil

La palabra Busutil

La palabra Busutil / Roberto López

La palabra Busutil es una palabra que no tiene fin, una palabra que contiene muchas palabras, sostengo que entre doscientas cincuenta y unas doscientas cincuenta mil. Busutil es una palabra que está llena palabras, como una muñeca rusa llena de muñecas rusas, entre láminas de tiempo y espacio y colmada de esperanza, cultura, defensa, ciencia... Busutil significa “gigante” en el pequeño lenguaje inventado del todo y es una palabra que abraza, que sirve, que engalana y ensancha. La palabra Busutil es un sí, una mano, una invitación, un sinfín…

Conjugo la palabra Busutil, Guillermo Busutil debería decir, y me sale escritor y periodista, maestro de la tribu y artesano del verbo, Premio Nacional de Periodismo Cultural, un héroe dentro de una peli de John Ford, un hombre en continuo movimiento, un boxeador que baila, un perdedor que gana porque se gana a sí mismo, columnista, profesor, conversador, capitán de un batiscafo llamado “Nautilus” y de una ventana que da a La Farola de Málaga. La palabra Busutil conjuga siempre, conjuga bien, baila y rima añil.

Busutil está presentando estos días Papiroflexia, su primera incursión en el aforismo con el que fabrica un artilugio, perfecto y bello, un libro en el que homenajea al libro, a la lectura, la palabra… Busutil, que ya es una palabra y un tipo estupendo y un gran conversador, dice que le gusta estar a solas con las palabras, con palabras desobedientes y felinas por instinto, palabras que huelen a tiza y que toman la iniciativa. Busutil ha escrito un libro que homenajea el peso neto de las palabras y el peso específico del lector o, como dice Nuria Barrios en su prólogo, es un libro “pequeño pero infinito”.

Hablo con Busutil y, como siempre que hablo con él, me entrego a su verbo y a su buenrrollo. Un “conversatorio” que diría Gabo. Media hora con Busutil equivale a media vida con otras personas. Le pregunto y me dice que este libro es un reto de su editor y una aventura poética. Hablamos de palabras, de verbos, adjetivos, adverbios, de presentes e imperativos, y llegamos a la conclusión de que las palabras no son almas huecas, describen realidades, son importantes. Las palabras son conceptos abisales, enseñan, esconden también, son políticas y poéticas. Las palabras son armas de construcción masiva, le digo, y añade él “…y son papiroflexia”.

Papiroflexia, ya digo, es el título del último libro de Busutil, una invitación a la lectura porque “al leer nos leemos, y leernos hace mejor esta vida nuestra”, y un homenaje a las bibliotecas privadas, públicas y personales, a los escritores, a los libreros, a los lectores, al libro, a la frase convertida en aforismo, a la palabra, en definitiva, doblada como un trocito de papel, hecha una pajarita o un avión que vuela porque como escribe Busutil: “la palabra es la mariposa de la escritura”.

Me explica Busutil que el aforismo es la levedad de una idea que flota en el aire, con el encantamiento de la poesía, una suerte de orfebrería microscópica, un trabajo de exploración, “un tweet perfecto que cala”, le digo y sonríe generoso. Busutil, que es generoso, escribe con una linterna que no sabe a dónde le lleva y trenza una colección de esos pequeños tesoros: “leer es una revolución silenciosa”, “leer para cambiar de apariencia”, “hay lecturas que no apagan la noche”, “la palabra más libre es libro”, la lectura es un estado de alarma”, “la escritura es una escalera interior”, “me gustan las palabras que te sostienen la mirada”.

Escribe Busutil como habla, y uno se deja ir por lo que escribe y por lo que habla. Escribe Busutil sencillo y pequeño porque lo sencillo y lo pequeño siempre es más vigoroso, y porque conoce bien la naturaleza de las palabras. Escribe Busutil con el lector enfrente, sabiendo que los tiene y que le quieren y que nadie escribe para luego borrarlo, demostrando que la escritura comienza mucho antes de sentarse a escribir y que es una manera de mirar, de vivir, demostrando que aún nos queda la esperanza y la palabra esperanza que rima, aunque no lo parezca y él no lo sepa, con Busutil.

Porque la palabra Busutil rima con otras cien mil y es “una semilla y una plantación secreta y un huerto y un parque y un jardín y un bosque y una selva”. La palabra Busutil tiene su origen etimológico en la palabra regalo y despertar y sorpresa e invitación. Es sinónimo de amor, de placer y vida. Busutil es Luis Gª Montero, Kerouac y Zweig. La palabra Busutil es un sinfín, una palabra llena palabras, tiempo y espacio, o como me dice en la dedicatoria del libro que me envía a casa: una palabra “siempre abierta de par en par”… Eso una palabra que contiene muchas palabras, Busutil, sostengo que entre doscientas cincuenta y doscientas cincuenta mil, ya digo, que no tiene fin.