LA SEÑAL

Teoría de colas

Vicente Almenara

Vicente Almenara

El estrés postraumático que nos va a dejar este 23J será desmedido, a la vista de las gilipolleces y exabruptos con que nos agreden por doquier. Francisco Martín, todavía delegado del Gobierno en Madrid, y que no logra controlar el esfínter responsable de sus deposiciones oratorias, se despacha respecto a lo que le debemos a los filoterroristas de Bildu y a los golpistas de ERC, y sin darnos tiempo a descansar del «judío nazi» que expectoró Amparo Rubiales dejándolo todo perdido. Pero quieto, que llega María Guardiola, pepera extremeña, y arremete contra Vox aun a costa de no gobernar, y es que no tiene la mayoría necesaria, porque el pueblo no le ha votado suficientemente, y con mucha razón, a lo que parece. Guillermo Fernández Vara le hará la autopsia política, después de agradecerle el gesto, claro.

Y lo anterior a pesar de que Vox tiene un problema grave, con metástasis de gestoras por toda España porque no gusta de la democracia interna, hasta ahí podíamos llegar. Menos mal que el PP se despabiló -cuando lo de Casado, Soraya y Cospedal- y dejó atrás a los compromisarios, y es que Franco también tenía su democracia, la orgánica, claro. En esto, la izquierda es mucho más aseada que la derecha. Y no es cuestión de estética, sino de ética, aunque la primera podría considerarse la segunda, como bien podría razonar Cabra de Luna, presidente de la Academia de Bellas Artes de San Telmo. Los jueces, sin embargo, han preferido no entrar en la aplicación del artículo 6 de la Constitución española.

Pero no nos entretengamos. Bergoglio no quiere quedarse atrás y nada más dejar el hospital recibe al dictador cubano Díaz-Canel, sin que haya liberado a uno solo de los 1.037 presos políticos de la isla cárcel, y es que él es comprensivo y misericordioso, me refiero a Bergoglio, y perdonen mi francés.

Para más abundamiento, Pepe Álvarez -se le reconoce fácilmente por el pañuelo que lleva atado al cuello-, a la sazón secretario general de UGT, llama «mamarracho» al consejero de Empleo de Castilla y León, Mariano Verganzones -naturalmente, solo podría ser de Vox-, porque le lanzó el improperio de «comegambas», lo cual suele ser entendido por el vulgo como referencia muy apropiada. Por otra parte, ¿acaso las gambas tienen algo que puedan avergonzar o desmerecer?, aquí creemos que no.

Pero esta no es la razón por la que debe aplicarse la regla de Tueller, en recuerdo del sargento norteamericano que estableció en 6,4 metros el espacio mínimo para tener posibilidades defensivas eficaces con una pistola enfundada frente a una agresión con arma blanca, asunto que trae de cabeza a policías locales, nacionales y guardias civiles cuando se enfrentan a los criminales. Y encima el Ministerio les regatea más cursos de tiro porque cuestan dinero las balas, y si has disparado cuando te atacan prepárate…, así que inseguros los policías, seguros los delincuentes. Yo diría, sin que venga a cuento, que la censura ahora es de izquierdas, y antes de derechas, como denuncia el dibujante italiano Milo Manara, que acaba de publicar una novela gráfica basada en ‘El nombre de la rosa’, no se la pierdan.

Vamos a más. Ángel Nozal se retira de la política, noticia que ha llegado hasta los confines de Australia, donde mora la cariátide Elsa Pataky con Chris Hemsworth. El único «pero» de tan feliz decisión es que la podría haber tomado antes ahorrándole al PP algunos sinsabores. Bueno, la verdad es que Miguel Ángel Heredia también ha tardado un poquito, se va después de 27 años en puestos de representación. Quizá haya visto que se apretujaban demasiados compañeros en la puerta, después de correrse la voz del sálvese quien pueda. Fíjense, el primer estudio de la teoría de colas proviene del 1909, gracias al matemático danés Agner Grarup Erlang, ya ha llovido, eh.

Pero tampoco puede dejarse pasar por alto la decadencia del otrora mítico restaurante Frutos. El lunes, una veintena de niños de un colegio, campamento de verano o similar allí habían acampado con su natural jolgorio, ajenos en su escándalo al sosiego que buscábamos el resto de los comensales. Encima, los boquerones en vinagre, mal; en vez de servir a una pareja a la vez postergan a la señora, y así. Yo diría como Pedro Bonifacio Palacios:

No te des por vencido, ni aun vencido,

no te sientas esclavo, ni aun esclavo;

trémulo de pavor, piénsate bravo,

y arremete feroz, ya mal herido.