El jugador número 13

Acción/reacción

Brizuela, ya exjugador del Unicaja.

Brizuela, ya exjugador del Unicaja. / Raisa Pozo

Juan Carlos Bonilla

Juan Carlos Bonilla

Que levante la mano quien tenía entre lo presupuestado que Darío Brizuela dejase al Unicaja y que hubiera una reacción tan rápida para reponer el abandono del donostiarra. No vale mentir, yo no lo esperaba y lo mejor es la forma de resolver el problema, porque tirando de memoria, la solución a la lesión en su día de Augusto Lima fue rápida y la de la fuga de Brizuela fue igual en los tiempos.

La salida del escolta obedece a los tiempos que vivimos, el jugador tenía una cláusula de rescisión del contrato renovado hace muy poco y su nuevo club vio conveniente aportar la cantidad correspondiente para que cambiara de destino. Hasta ahí la historia.

Ahora podemos entrar a ver cómo se digiere que un club como el FC Barcelona, que hace nada parecía que tenía que recurrir a Cáritas para su supervivencia, dinamite el mercado de fichajes con las incorporaciones de Willy Hernangómez, Joel Parra y Darío Brizuela, estos dos últimos fichajes previo pago de cláusulas superiores al millón de euros, y tiene el objetivo fijado en la vuelta del otro Hernangómez a la ACB. Todo ello sin haber resuelto aún la salida de Nikola Mirotic, el cual no se fue por iniciativa propia, sino porque ese mismo club no podía pagarle el sueldo que le puso en contrato.

Más allá de ello, que es algo que tendría que resolver donde corresponda, por lo del fair play financiero y esas cosas tan idílicas, no debemos perder de vista que Darío Brizuela ha cambiado de club de la misma forma que llegó a Málaga, con el pago de la cláusula, algo similar a lo que se ha empleado aquí para el fichaje de Kameron Taylor.

Por ahí, todo normal, o mejor dicho, lo habitual, pero de la salida de Brizuela y la llegada de Taylor, aparte del tema económico, saco en claro que el estatus del club viene determinado por la situación en competición europea, ahora que la Euroliga está en modo de cambios, de acercamiento a la FIBA y con los equipos rusos aún fuera de competición, que el Unicaja se posicione cada vez más en el grupo adecuado, teniendo en cuenta que el contrato que vincula a los equipos con licencia A vence en 2025 y seguro que las cosas van a modificarse.

Se pierde un jugador muy importante la última temporada, porque no hay que olvidar que la estancia del vasco ha tenido algo más antes que su vuelta del Eurobásket y la selección, y no todo fueron días felices, lo que no quita, que vendrá a Málaga, entrará en trance y saldrá en todos los highlights de la competición. El repuesto de Kameron Taylor dará mucho, pero diferente. Quizá espero que Tyson Carter dé un paso al frente, sea más constante en su rendimiento y que el equipo modifique lo necesario para que la adaptación a los nuevos problemas se solventen y que el curso venidero se parezca al acabado.

Quedémonos con lo positivo del tema, el negocio no va a permitir que ningún profesional se quede ante una oferta mejor. Lo que podemos exigir es que cada vez que salgan a vestir la camiseta de nuestro equipo den lo máximo y nos hagan sentir orgullosos de lo que vemos. Lo que aparece cada partido en la cancha son profesionales, no los chicos que nos acompañaban en el equipo aquel con el que nos divertíamos cada sábado y como profesionales es lo que se les puede exigir. Mel Otero lo retrató perfectamente en estas páginas el pasado viernes. El club se ha encontrado con un problema inesperado, ha reaccionado bien y ha sacado un gran rendimiento económico, intentando que el impacto deportivo se minimice. Eso sí, que el equipo se quede sólo con seis cupos, incluyendo en ellos a Mario Saint-Supéry y a Augusto Lima, con la bisoñez del primero y la recuperación de la lesión del segundo, es otro punto que va a haber que ajustar.

Con el tema de las cláusulas, lo que más me extraña es que ante una cifra realmente alta para los tipos de jugadores y lo que dice el mercado, no haya habido negociación alguna ante los casos de Parra y Brizuela. Ellos sabrán, pero es un estilo al que no estaba acostumbrado, sobre todo si se invoca cierta contención o lógica presupuestaria.

Con esta columna doy por cerrada esta temporada, dándome una pausa en mis escritos durante unas semanas. Espero que descansen y aprovechen para que podamos volver con la energía que seguro que se le quiere transmitir al plantel de Ibon Navarro para el curso siguiente. Nos vemos a la vuelta, les deseo lo mejor.

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