MIRANDO AL ABISMO

Los superhéroes y el poder

María Gaitán

María Gaitán

El tío Ben, antes de morir, le dijo a Peter Parker «un gran poder conlleva una gran responsabilidad». Esta frase, en el cómic, se usa para remarcar que si puedes evitar que algo incorrecto o malo ocurra y no haces nada eres responsable, también, de ese acto malévolo. La cuestión es que el poder parece algo muy grande, algo que se nos escapa, que es ajeno a nosotros. Realmente, tener poder sólo hace referencia a nuestra capacidad para cambiar las condiciones de vida de los otros, este cambio puede ser para mejorarlas o empeorarlas.

Hacer lo correcto por otros siempre nos exige un sacrificio, cosa que vemos en la mayoría de los superhéroes, IronMan perdió a sus padres. Spiderman perdió a su tío. Thor perdió sus poderes. Batman perdió a su familia. Son solo algunos ejemplos de que el bien común exige autosacrificio.

Sabemos que los superhéroes son ficción, pero podemos aprender algo de la cultura pop. Hay una enseñanza fundamental que podemos aplicar a nuestro día a día extraíble de los cómic, la vocación de servicio a los demás es incompatible con el egoísmo. Elegir una profesión que tenga relación directa con los actos de servicio requiere que dispongamos de un alto concepto de la responsabilidad. Toda esta introducción era solamente para llamar la atención de quienes nos gobiernan y de aquellos que están en la oposición.

El término política etimológicamente llega al español desde el griego antiguo, es introducido por Aristóteles y significa «asuntos de las ciudades». Además, el que hace política es un político. El término político también viene del griego y su definición es algo más amplia que la anterior: político es «un ciudadano que se dedica a los intereses públicos en general y que en las sociedades democráticas participa con su opinión, con su filosofía política, con su voto, con su participación y con sus capacidades en las decisiones que se han de tomar para organizar todo los que afecte a los intereses públicos». Como vemos nunca ha cabido el egoísmo en las definiciones de política.

En estos días nos encontramos ante un panorama social funesto, una inflación que no cesa en su crecimiento, una educación con una ratio insostenible, una sanidad en precario y unos sueldos que no llegan a todo. Cuando se lee la prensa, o se ven las tertulias informativas, da la sensación de que nuestros políticos sólo se preocupan de ellos mismos, de ganar guerrillas internas en sus partidos y de quedar por encima del partido rival. A ninguno de ellos parecemos importarles nosotros, los ciudadanos, los que los hemos puesto en el cargo que ocupan.

Puede que ya sea hora de ejercer nuestro poder, de asumir nuestra responsabilidad y crear una sociedad nueva donde la justicia social sea la realidad.