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Inmigrantes

Vaya esto por delante: la inmigración ilegal es un problema, y de ser masiva un problema masivo. Es evidente que una presión migratoria incontrolada no la resistiría ningún país: ni sus aparatos prestacionales, ni su mercado laboral, ni sus servicios públicos ni, al final, su sociedad. Dicho esto, o sea, que el sistema debe apurar las medidas de control, la siguiente evidencia es que la sociedad y la economía españolas descansan hoy en buena medida en el trabajo de inmigrantes en la agricultura, la hostelería, la construcción, la obra pública, las tareas menos apetecibles de la industria, los servicios públicos o privados, algunas profesiones y hasta el microempresariado, pues no pocos ya lo son. Sin ellos, en fin, la sociedad pararía en seco: los necesitamos. Incluso la demografía aguanta, donde aguanta, gracias a la emigración. A partir de ahí combinemos las dos evidencias.

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