La Bodeguilla

Ruido de trenes en la política malagueña

Los trenes que estos días tienen algo agitada a la política malagueña. Básicamente, porque el medio de transporte en cuestión o no existe o se detiene en la mitad del camino

El PP presenta un manifiesto en el que reclama el tren litoral de la Costa del Sol

El Gobierno duda ahora de la necesidad de ampliar el Cercanías

La estación de Fuengirola de la línea de Cercanías que une Málaga y la ciudad costasoleña

La estación de Fuengirola de la línea de Cercanías que une Málaga y la ciudad costasoleña / L. O.

Cristóbal G. Montilla

Cristóbal G. Montilla

No cuento nada nuevo si recuerdo que el sonido de los trenes se escapó, hace décadas, de los límites en los que chirriaba el extinguido silbato del jefe de estación. La alargada sinfonía de los caminos de hierro se eternizó en las vidas de quienes tuvimos la suerte de leer, en la niñez, aquel relato de Leopoldo Alas Clarín titulado ¡Adiós, Cordera! O nos ha quebrado la voz para siempre al tararear cualquiera de las canciones con las que Don Joaquín Martínez Sabina invoca los ambientes ferroviarios de otro tiempo, no del todo lejano.

No están, precisamente, sucios ni van hacia el norte -recorrerían en todo caso el sur del sur, valga la redundancia- los trenes que estos días tienen algo agitada a la política malagueña. Básicamente, porque el medio de transporte en cuestión o no existe o se detiene en la mitad del camino. En ese limbo que viene a significar Fuengirola si atendemos a la realidad de la Costa del Sol Occidental en su conjunto, hasta ese último suspiro de geografía ‘malaguita’ que mira a los ojos chispeantes del gaditano Campo de Gibraltar.

Si hay un proyecto irrealizado que rivaliza en antigüedad y tinta derramada con el de la integración en Málaga capital del Río Guadalmedina, ese no es otro que el del tren litoral. El de esa línea ferroviaria sobre la que nunca se ha entendido que siga sin florecer un verdadero tren de la Costa del Sol, que llegue como mínimo hasta Marbella. Incluso, hasta Estepona.

Los problemas de movilidad por el crecimiento poblacional del área metropolitana de Málaga y la imprescindible consigna de la sostenibilidad son los argumentos ‘oficiales’ que ilustran el hecho de que se esté hablando de esta vieja aspiración más que nunca. Como si no hubiera un mañana, ni un pasado en el que la ampliación del Cercanías o la creación de una nueva infraestructura ferroviaria ya emprendieron guadianescas incursiones en los debates de los políticos.

Casi siempre, suele ser un arma arrojadiza que le viene muy bien al partido que no gobierna en la institución que debería acometerlo principalmente, aunque el tamaño de la empresa requiere un consenso y una implicación de diversas administraciones que roza la utopía. De un tiempo a esta parte, el PP se lo viene exigiendo al Gobierno de Pedro Sánchez. Hasta ha presentado algún estudio al respecto o ha invitado al resto de partidos a una ‘Alianza por Málaga’ con este afán entre sus grandes objetivos. Es más, los populares llegaron a airear que habían coincidido con los dirigentes locales de fuerzas de ideología inversa, como el PSOE e Izquierda Unida, en que era necesario. Pero esa sensación sólo duró unos cuantos días. Bastó una visita del secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano, en la que priorizó la mejora de la frecuencia del actual Cercanías pero dejó en un segundo plano el tren litoral porque no habría «datos» que lo muestren como algo necesario a día de hoy.

La polvareda aún continúa. Y ha dejado llamativas reacciones. No sólo se indignó el PP. También la dirigente provincial del socio ‘rojo’ de La Moncloa, Toni Morillas, quien se rebeló para recordar que hay «40 millones de desplazamientos laborales al año entre Marbella y Málaga» o que «Marbella es la única ciudad mayor de 100.000 habitantes de España que carece de conexión ferroviaria». «Datos menores», ironizó. En cambio, el PSOE volvió a los silencios y evasivas de otras veces, aunque en su reuniones de trabajo de la Costa del Sol se admite de puertas hacia dentro que debe ser impulsado. Por lo pronto, el PP llevará mociones al respecto a las instituciones. A ver qué dicen los otros. Próxima estación: ruido de trenes.

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