Opinión | Tribuna

El SIPAM de la uva pasa, seis años después

Viñedos en la Axarquía.

Viñedos en la Axarquía. / L. O.

Recientemente hemos conmemorado el sexto aniversario de la declaración por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la FAO, del cultivo de la uva pasa de la Axarquía como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM). Es decir, han pasado ya seis años desde que la uva pasa malagueña se convirtiera en el primer cultivo europeo declarado Patrimonio Agrícola Mundial.

Además de motivo de celebración, este aniversario nos debe servir para reflexionar sobre el camino recorrido en estos seis años y, especialmente, sobre el camino que nos queda por delante. Debemos ser realistas y no dejarnos engañar: la distinción como SIPAM no ha traído consigo una mejora para los agricultores que hacen posible el cultivo de la uva pasa. Y, sin duda, ese es el gran reto que tenemos por delante.

La uva pasa no es sólo un cultivo único de esta tierra; es una tradición milenaria que ha forjado la cultura y la forma de ser de nuestros pueblos. La historia personal de muchos axárquicos está ligada al cultivo de la uva pasa. Nuestros pueblos se mantienen gracias a ese cultivo, gracias al esfuerzo de unas dos mil familias de la comarca de la Axarquía.

No debemos olvidar que la distinción que nos otorgó la FAO además de un reconocimiento conlleva una obligación. Esa obligación es la de la defensa de este sistema agrícola que tal y como reconoció la FAO es un sistema «vivo, en evolución, formado por comunidades humanas en estrecha relación con su territorio, ambiente cultural, agrícola o ambiente biofísico y social más amplio».

En octubre de 2021 constituimos la Asociación SIPAM de la Uva Pasa de la Axarquía, órgano encargado de gestionar el plan de acción para poner en valor el cultivo de la uva pasa según las directrices marcadas por la FAO, un plan que contempla 64 medidas que deben impulsar las administraciones con el objetivo de garantizar el mantenimiento de este cultivo único. Sin embargo, este plan de acción no se ha impulsado. A diferencia de otros sistemas importantes de nuestro país, como el SIPAM de Valle Salado de Añada (Álava), que cuenta con un presupuesto de más de dos millones de euros, o el SIPAM de L’Horta de Valencia, con un presupuesto de un millón y medio, el de la uva pasa de la Axarquía no ha recibido el respaldo económico que se merece. Por ello, es necesario volver a reivindicar la implicación de todas las administraciones en la supervivencia del cultivo de la uva pasa.

No por repetido, nos tenemos que cansar de recordarlo: el reconocimiento de la uva pasa de la Axarquía como Patrimonio Agrícola Mundial es una oportunidad para convertir este cultivo en motor económico y turístico de la comarca y para luchar contra la despoblación de nuestros pueblos. La uva pasa genera empleo y fija la población al territorio. E insisto, más allá de un cultivo único, es una forma de ser y entender la vida.

En nuestras manos está difundir esa cultura como uno de los pilares de la identidad de nuestros pueblos. Estamos ante la oportunidad de convertir la uva pasa en un elemento de interés turístico que nos permita atraer a gente de fuera a conocer nuestra gastronomía, nuestros pueblos y la riqueza de nuestro entorno.

El gran reto es que los agricultores y los habitantes de nuestros pueblos paseros puedan seguir viviendo de este cultivo con dignidad. Eso pasa, sin duda, por impulsar políticas que apuesten por este cultivo y por el campo en general. Y pasa por luchar por que haya un precio digno para el agricultor. A los que hemos echado los dientes en el campo nos acompaña una historia de esfuerzo y trabajo, pero también de reivindicación y lucha. Hemos trabajado la tierra, sí, pero al mismo tiempo hemos luchado por que se reconozca ese trabajo y por dignificar esta actividad.

Si algo he aprendido en estos últimos años con la declaración SIPAM es que el consenso y el trabajo conjunto de todos nos hace más fuertes. Es el mejor aval para garantizar la supervivencia de la uva pasa. Hace seis años abrimos una puerta al futuro. Hoy no podemos permitir que esa puerta se cierre. Con el esfuerzo y la implicación de todos, tenemos que seguir avanzando hacia ese futuro que garantice la supervivencia de un cultivo y de una forma de entender la vida como es la uva pasa de la Axarquía.