Opinión | La libreta del duque de Chantada

Thomas Wimbush y el efecto Unicaja

Thomas Wimbush, jugando con el Napoli.

Thomas Wimbush, jugando con el Napoli. / CIAMILLO

La vida son decisiones. La carrera deportiva de un jugador también. La diferencia es que al ser mucho más corta se ve más marcada por tus acciones. En julio de 2022 no era fácil apostar por el proyecto del Unicaja. Años de malos resultados, presidente, manager general y entrenador casi recién llegados, y un equipo que iba a fichar entre 9 y 10 jugadores. Si tenemos en cuenta que el porcentaje de acierto en los fichajes suele ser de un 50 o 60%, la cosa pintaba regular. Los más valientes aceptaron el reto, otros como el caso de Fitipaldo no pudieron hacerlo por el contrato que tenían con su club y alguno como Thomas Wimbush dieron la espantada.

Juanma Rodríguez, en su reciente paso por Zona Verde de 101 TV, hacía una clara referencia al jugador de Ohio. «Hubo un par de nombres que se cayeron, incluso alguno con el contrato mandado (Wimbush) que prefirió un equipo de Euroliga». Thomas Wimbush hizo lo que en ese momento harían muchos, apostar por la posibilidad de jugar la Euroliga, a pesar de la expulsión por la invasión de Ucrania por parte de Rusia, y ganar el doble de lo que le ofrecía Málaga. Curiosamente, esa operación facilitó la llegada a Málaga de Melvin Ejim y posteriormente Tyson Carter, que abandonaba la maravillosa San Petersburgo para recalar en la no menos espectacular Costa del Sol.

El Unicaja ya había fichado a Will Thomas, David Kravish, Dylan Osetkowski y tenía apalabrado a Augusto Lima para su juego interior, y buscaba al quinto «beatle» de esa ecuación. Es decir que su decisión era mucho menos arriesgada que la que tomó por ejemplo Dylan Osetkowski, uno de los primeros en firmar, pero dijo no y el club rápidamente contrató a Melvin Ejim. Si analizamos estas decisiones dos años después, está claro quién ganó y quién se quedó como estaba, aunque con más dinero, algo totalmente legítimo y una opción que seguramente muchos podríamos tomar, aunque nos guste pensar que no lo haríamos.

Los dos que más arriesgaron fueron Dylan y Tyson. Dos años después, además de sumar, al menos, dos títulos importantes en su historial, han visto subir su cotización como la espuma. Ese verano pudieron ir a equipos de Euroliga, pero decidieron no dar el paso para coger impulso y lo han logrado. Lo mismo podríamos decir del resto, aunque seguramente con menos riesgo.

Wimbush, un gran jugador y que seguramente hoy tendría un hueco en este equipo, se quedó sin la Euroliga en San Petersburgo y después de un año en la liga italiana con el Napoli acaba de disputar la liga japonesa con el Kawasaki Brave Thunders.

No es un articulo para criticar a Wimbush, es un artículo para que la gente de Málaga valore aún más, si esto es posible, la decisión de este grupo de jugadores de apostar por este proyecto y mantenerse unidos al menos dos temporadas, y quién sabe si otra más. Las dos mejores de la historia del club después del ciclo glorioso de mediados de los 2000. Esta noche el Palau es una nueva oportunidad para seguir en la lucha por el liderato de la Liga ACB. Difícil, sí. Imposible, no. Carpe diem