La crisis aumenta los problemas de mandíbula
El estrés hace que algunas personas tiendan a apretarlas o a rozar los dientes de forma inconsciente durante horas
El aparato masticador está diseñado para mantener las muelas juntas 20 minutos al día, pero hay personas que por razones de estrés y nervios tienden a apretarlas o a rozar los dientes de forma inconsciente hasta 8 y 10 horas diarias. Es lo que se conoce como bruxismo, una patología que va al alza en estos tiempos de crisis.
El Servicio de Cirugía Maxilofacial del Hospital de Sant Joan de Alicante atiende mensualmente a unos 150 pacientes por lesiones en el aparato masticador "y la cifra va al alza en los últimos años", explica Andrés Martínez, responsable de esta unidad. Unas patologías que provocan desplazamientos de la articulación temporomandibular, que une la mandíbula con el cráneo. Las lesiones empiezan con chasquidos en la articulación y a la larga causan dolor, imposibilidad para masticar o abrir la boca. Precisamente el centro sanitario alicantino es pionero a escala europea en operar estas lesiones a través de la cirugía artroscópica.
"Tradicionalmente estas lesiones se tratan con férulas de descarga, pero si en tres meses el paciente no ha mejorado, hay que operar, como se operaría una rodilla o cualquier otra articulación", explica Carlos Goizueta, cirujano maxilofacial de este servicio.
La principal complicación de este tipo de intervenciones es el tamaño de la zona a operar. "Es la articulación más pequeña, apenas mide 2 ó 3 centímetros de volumen y se manipula a través de tubos de 2 milímetros de grosor", añade Goizueta.
El Servicio de Cirugía Maxilofacial también es especialista en operar fracturas en esta articulación a través de endoscopia, realizando incisiones por el interior de la boca. Una técnica que también ha sido revolucionaria. "Antes el tratamiento consistía en que el paciente mantuviera la boca cerrada tres meses", explica Andrés Martínez. El centro también aborda intervenciones de cirugía reconstructiva, con las que se extrae la articulación y se sustituye por una prótesis. Según explican Martínez y Goizueta el del Hospital de Sant Joan "es uno de los servicios más completos en el abordaje de este tipo de lesiones". En este sentido, cada año médicos llegados de toda España aprenden estas técnicas en un curso con práctica en cadáveres organizado por este servicio en colaboración con la Facultad de Medicina.
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