Semana Santa de Málaga

Pollinica inicia en la Gloria el camino hacia el Calvario

Málaga se echa a la calle para ver la primera de las dos últimas Semanas Santas y abarrota las aceras con una ilusión renovada y sonrisas que ninguna mascarilla ha sido capaz de ocultar

Porque la Semana Santa es otra forma de amar. Y cuando llega, se produce el pellizco. Una ilusión renovada que no se ha perdido, sino que se ha impacientado por culpa del vacío. Cristo cambió la muerte en victoria de vida, así que tras esta cruz, nueva y desconocida que ha tenido que cargar la Humanidad en forma de pandemia, para llegar a vencer como Él y sentir la vida y la salud como triunfo sobre el mal invisible, nos queda la esperanza. Y con ella, ha amanecido este nuevo Domingo de Ramos junto a la Pollinica en la calle Parras

¿Dónde si no? Aquí los cofrades, junto al Señor, inician el camino hacia el Calvario pero es la misma Gloria la que acarician. Y no hay mascarillas que puedan ocultar tantas sonrisas. Tanta alegría por el reencuentro. ¡Por celebrar que estamos vivos! Málaga va a por ella. La Pollinica está en la calle y con ella, la Semana Santa que tanta falta hacía. 

Así fue la salida de la Pollinica este Domingo de Ramos de 2022

Ignacio A. Castillo

 Las cofradías vuelven a su espacio natural con toda la normalidad que la situación sanitaria permite. Por eso ahora, aún con la herencia pandémica latente, la ilusión se desborda mientras la agrupación musical de la Clemencia interpreta ‘La Piedad’ y el Señor entra triunfante de Gaona a Guerrero, a la sombra de una inmensa palmera y rodeado de un equilibrado exorno con predominio de orquídeas malvas. 

En el salón de tronos, antes de los primeros toques de campana, el obispo Jesús Catalá se dirigió a los cofrades. Les pidió procesionar con amor y cariño, “dando testimonio de fe”. Presentes en este sencillo acto previo, el alcalde Francisco De la Torre, el presidente de la Agrupación, Pablo Atencia, el pregonero de la Semana Santa, Javier González De Lara, y dos frailes de la Orden de San Agustín, responsables del templo donde la cofradía está erigida. Pero, pese a la presencia de estas autoridades, el trono lo levantó un hermano: Francisco Espejo, padre de un pollinico con Covid persistente, cuyas secuelas le han impedido revestirse este año. Todo un símbolo. 

Paloma Saborido, por su parte, fue la encargada de dar los primeros toques en el trono de la Virgen del Amparo, en homenaje al añorado Jesús Saborido, fallecido recientemente. El sol también baña la incipiente sonrisa de esta imagen que este 2022 cumple su 75 aniversario. Los primeros cimbreos de palio sonaban a música celestial, mientras cofrades de Salutación y Santa Cruz rendían honores con sus guiones corporativos y varas a la que es Reina de San Agustín ante la puerta de San Felipe

Esto es como montar en bicicleta: que no se olvida. Se sale con el izquierdo y cuando la ocasión es propicia y la banda de Lora del Río ataca la marcha, el paso pollinico levanta aclamaciones. Mayor es el cosquilleo, si cabe, ante su presencia. La malla de su palio es como el cristal que la mantiene pura, de rosas rosas y salmón adornada. 

Tras la Virgen, la presidencia eclesiástica con capa pluvial roja y Palma en la mano, junto al acolitado preciso. 

Pollinica este año ha prescindido del paso por la calle Carretería, tan emblemática en su discurrir, y ha optado por bajar al recorrido oficial por Dos Aceras y la Puerta de San Buenaventura.