Trono del Gran Perdón: un diseño valiente y malagueño

El trono de María Santísima del Gran Perdón, que procesiona este Domingo de Ramos, es un diseño del malagueño Juan Casielles del Nido (1925-1981) y se estrenó en la Semana Santa de 1974.

Para el catedrático Juan Antonio Sánchez López, el trono forma parte de la «nómina más selecta» del artista, en la que también entrarían los tronos del Señor del Prendimiento y el de la Virgen de Gracia y Esperanza de Estudiantes, porque con ellos «rompe la tónica general de diseño habitual, inspirada en los pasos de palio sevillanos», que estaría caracterizada por paneles de orfebrería calados y secuenciados por capillas. 

En su lugar y particularmente en el trono de la Virgen del Gran Perdón, Casielles ofrece un diseño, en sentido coloquial «más movido» y en opinión del experto, «mucho más valiente y más en consonancia con la idiosincrasia de los tronos procesionales de Málaga».

La sinuosidad del diseño

En concreto, se trata de un diseño «muy sinuoso» que nace «de la confluencia de líneas cóncavas y convexas», algo que se sustancia en lo que se conoce como el corte «de pecho de paloma», porque esboza una suerte de buche o saliente que da sinuosidad al conjunto del trono, sin olvidar otros elementos como los baquetones propios de un retablo, el diseño de algunas piezas específicas de platería como un tabernáculo o bien otros inspirados «en la propia arquitectura» como el herraje de una balconada dieciochesca. 

En este caso además, Juan Casielles duplica el diseño teniendo en cuenta su gran altura, pues se trata de «uno de los tronos de Vírgenes con el cajillo más alto, con unas dimensiones más espectaculares», remarca el catedrático. 

Por otra parte, hay otros elementos que potencian la gracia del diseño además de la sinuosidad, como esas águilas bicéfalas de las esquinas que sostienen cartelas con los atributos de la Pasión y también el «romper la linealidad del doble pecho de paloma o doble baquetón» intercalando capillas «de una impronta monumental». 

Capillas monumentales

La monumentalidad de estas capillas, detalla Juan Antonio Sánchez López, se refleja en una estructura arquitectónica «muy pronunciada», al estilo de «portadas-retablo», hasta el punto de que para encontrar algo parecido habría que ir al Miércoles Santo, al diseño de Manuel Seco Velasco para el trono de la Virgen de los Dolores Coronada (Expiración), aunque en una línea «completamente distinta, más clásica», en comparación con la de este trono del Domingo de Ramos, con un corte en las capillas inspirado «en la arquitectura del Barroco sevillano, sobre todo ese Barroco triunfal», como el que prodigaran las construcciones de arquitectos tan conocidos como Leonardo de Figueroa.

Por otra parte y para evitar la monotonía, Juan Casielles del Nido incorporó en el cajillo, con el fin de segmentarlo, grandes volutas sinuosas o ‘resaltes’ -el término que se utiliza en platería-, «de tal manera que se vea menos como una superficie demasiado plana». En resumen, incorporó un conjunto de elementos que contribuyen al «movimiento del conjunto». 

Por otro lado, también quiso cuidar la disposición de las cinco capillas del trono (frontal y dos por cada lateral). En el caso de las laterales, cada una «prácticamente al tercio de su longitud y un espacio intermedio hasta el otro». 

En cuanto al programa iconográfico, como ya expuso en la pasada Semana Santa, la capilla frontal del trono está presidida por una talla de la Divina Pastora, obra de Miguel Ángel Domínguez Velázquez, realizada a imagen y semejanza de la titular de la Congregación de la que es titular, como homenaje a la tercera sede canónica de la Hermandad del Prendimiento, además de un guiño de la cofradía a la patrona del barrio de Capuchinos atribuida al escultor sevillano del siglo XVIII, José Montes de Oca. 

Por último, en las capillas laterales aparecen los cuatro Evangelistas.